on air >

Llamada perdida, por Óscar Herrera

Hoy es de esos días en los que tres líneas bastaría para describir mi opinión de lo que fue el Tenerife ayer ante La Roda. Con 2.000 aficionados menos en la grada que hace siete días ante el filial blanco, algo sorprendente pero lógico desde el punto de vista de ajuste en el gasto de los aficionados.

Y en el campo un conglomerado de jugadores que se empeñaban en atascar un partido, ya de por sí obstruido. Un inoperante Tenerife que ante un rival inferior, pero mejor conjuntado, ni siquiera sacó a relucir la garra y entrega que ante Albacete o Castilla. Un soso equipo, el de Tébar ayer, que no encontró la motivación suficiente para superar a un equipo del montón de esta categoría, pero más digno que otros muchos que sólo tienen el nombre y la historia. Decepción es de nuevo la palabra que me fluye para recordar que cualquier tiempo pasado fue mejor y que el Tenerife sigue siendo un conjunto desconcertante, capaz de perder con el colista, ganar al líder, y parecer un equipillo ramplón y descabezado en ocasiones como la de ayer domingo en un Heliodoro que se pasó las casi dos horas de partido de bostezo en bostezo.

Y mirando para el césped se vuelve a echar en falta liderazgo y control. Con un Luismi Loro invisible, un Kike López desastroso, un Perona estéril, un Marcos plano, un Victor Bravo inútil y un Chechu irregular, aparece en escena un Tenerife espeso y previsible, con preocupantes signos de ausencia de recursos para solventar partidos como este.

Un detalle para terminar. ¿Cuánto peso tiene el segundo entrenador Manolo Sánchez, que aún sancionado y desde la grada sigue dando indicaciones en los cambios y recibiéndolas desde el palco? ¿Es Tébar otra marioneta de Cordero, algo que no me encaja con la personalidad del entrenador, manejada desde arriba?, o ¿será de verdad Cordero el entrenador en potencia, Sánchez el transmisor y Tébar el receptor final? Porque otra vez ayer se apreciaron movimientos extraños en ese sentido y digo yo: a ver si de una vez se sienta Cordero junto a Sánchez en el banquillo y nos dejamos ya de mensajitos y llamaditas que son gastos superfluos en época de recortes. Aunque tal vez, sea yo un mal pensado y estén utilizando WhatsApp, con lo que sale gratis. Si es así pido perdón por pensar mal.