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Miramar se vuelca con el padre Fermín

El grupo de vecinos de Miramar agradeció ayer al padre Fermín los 18 años de trabajo en la zona. / JAVIER GANIVET

ÁNGELES RIOBO | Santa Cruz de Tenerife

Los feligreses de la parroquia de San Juan de la Cruz, del barrio capitalino de Miramar, mostraron ayer, domingo, su agradecimiento al cura de su parroquia, el padre Fermín, por sus 18 años de servicio y dedicación. Fermín Santiago Hernández es, además, párroco de San Pío y capellán del Club Deportivo Tenerife, del Hospital de la Candelaria y de la Casa Cuna, lugar donde se crió. Además, los parroquianos aprovechan la ocasión para solicitar que prosigan las obras de la iglesia de San Juan de la Cruz, paralizadas por falta de fondos.

“Es una persona muy valiosa y entregada. Ha hecho mucho por nosotros”, explica la feligresa Debora Teixeira. Está mujer, que lleva dedicándose al cuidado y limpieza de la parroquia los seis últimos años, agradece la dedicación del padre Fermín y le felicita, junto al resto de devotos, por sus 18 años de sacerdocio.

“Se crió en la Casa Cuna y por eso nosotros sentimos que somos su familia. Con este pequeño homenaje queremos devolverle todo lo que nos ha dado en todos estos años”, añade Debora, antes de rememorar cómo lucharon en conjunto cuando el Obispado estuvo a punto de trasladar al reverendo a otra parte.

Isabel Pérez, una parroquiana que se encarga de la catequesis de los niños de la zona, afirma del reverendo que “realiza una labor encomiable”, y destaca su sensibilidad para los más desfavorecidos. “Es muy sensible con la gente necesitada; de hecho, tiene un comedor cerca de la iglesia de San Pío, gracias al que comen muchas personas”, afirma, esta devota que, como el resto, lo definen como una persona activa, entregada y muy extrovertida.

La parroquia de San Juan de la Cruz es muy particular. Está ubicada en los bajos del bloque 29 y tiene difícil acceso. Por este motivo muchas personas mayores no pueden acudir a misa las veces que quisieran. “Para llegar hay que subir una pendiente y varias escaleras. Es uno de los motivos por el que llevamos años solicitando una iglesia en condiciones”.

Solo con los cimientos

Los feligreses de Miramar aprovechan la ocasión para solicitar la reanudación de las obras de su iglesia, que en estos momentos se encuentra solo con los cimientos. Los trabajos comenzaron el pasado 24 de octubre, pero se detuvieron por falta de financiación. Al parecer, la subvención destinada a tal efecto, está retenida.

“El padre Fermín se movió mucho para ayudarnos a conseguir la iglesia, y también lo está haciendo mucho ahora. Nosotros solo queremos que se haga justicia y poder tener una iglesia en condiciones, aunque sabemos que las cosas de palacio van despacio”, añade Isabel.