PISA Canarias (1) > Enrique Bethencourt

Si hacemos caso a los titulares mediáticos sobre el informe Sistemas fuertes y reformadores exitosos en la educación. Orientaciones de PISA para las Islas Canarias, España, presentado este lunes, los graves problemas educativos de nuestra Comunidad se solventarían reduciendo las vacaciones y modificando el salario de los docentes. El informe, realizado por expertos de la OCDE, a petición del Gobierno canario, pretende ofrecer recomendaciones para mejorar la calidad y la equidad de los resultados del aprendizaje. Y surge después del “decepcionante” resultado de Canarias en el PISA 2009, que analizó las competencias básicas de estudiantes de 15 años de edad en lectura, ciencias y matemáticas.

En el tratamiento mediático, especialmente en sus titulares, se dejan al margen los aspectos metodológicos y organizativos de los centros, los contenidos curriculares de las asignaturas (calificados de “académicos e inflexibles”), la formación inicial y permanente del profesorado, la participación de las familias en la vida de los institutos o, ahí es nada, el preocupante bajo nivel socioeconómico de una buena parte de la sociedad canaria. Todos ellos, en mi opinión, mucho más significativos en la calidad educativa y en las propias expectativas de éxito de nuestro sistema. Recuerdo al respecto que nuestros estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), con 1.050 horas anuales, asisten a casi 150 horas de clase más que la media de la OCDE y a 153 más que media la de la Unión Europea. El problema no es el tiempo de permanencia en las aulas, como ven.

Esos titulares focalizan en exclusiva la responsabilidad del fracaso en la totalidad del profesorado (los buenos, malos y regulares, en el mismo saco) y en su estatus laboral, en un asunto de responsabilidades claramente compartidas. Qué hubiese pasado si colocáramos este otro: “En los centros privados se produce más acoso escolar y más consumo de drogas”. También figura textualmente en el informe presentado este lunes. Está constatado desde hace mucho tiempo en una y otra problemática. Y sería igual de desacertado situarlo como problema principal.

Pero vayamos por partes. La llamada de atención de los expertos de la OCDE sobre las vacaciones, iguales en toda España, no lo olvidemos, se refiere a cómo pueden afectar a los aprendizajes de niños y niñas, no a que los docentes tengan muchas o pocas, asunto en el que no entra el documento; aspecto discutible este, y en el que propongo reflexionar sobre el uso del mes de julio, que podría ser “el mes de la formación”.

Y respecto a los salarios, es cierto que los enseñantes del Archipiélago ganan más que sus homólogos de otras zonas al comenzar su carrera profesional, tanto en Primaria como en Secundaria, pero van perdiendo lugares en el ranking conforme avanza su carrera profesional, lo que parece ser un disparate en toda regla.

El grave problema estriba en el café para todos, en el hecho de que gane lo mismo el acomodado irresponsable que el que innova en su aula, se forma permanentemente y es capaz de estimular a su alumnado, mejorando los aprendizajes. De ahí mi rechazo frontal a aquella reivindicación sindical de “homologación sin contrapartidas”, que incidía en ese camino equivocado. Las mejoras salariales en lo público, bajo mi punto de vista, deben ir estrechamente ligadas al rendimiento y a los compromisos.

Como erróneo es pensar que lo más importante de las recomendaciones de PISA es entrar en un debate sobre sueldos y vacaciones. Arreglaríamos fácilmente entonces nuestro sistema educativo, con dos medidas estrellas: ampliar el período de meses considerados lectivos (no las horas, los docentes canarios y españoles de ESO dedican 713 horas, 12 más que la media de la OCDE y 54 más que la de la Unión Europea)  y cambiar la actual estructura salarial. Pero la cosa no es, ni mucho menos, tan sencilla.

Curiosamente, los datos más determinantes para entender cómo estamos, mal sin duda, a nadie se le esconde, son pasados por alto.

Por ejemplo, que los alumnos y alumnas de Canarias que participaron en PISA 2009 “indicaron uno de los niveles más bajos en educación y profesión de los progenitores. Menos del 5% de los padres de los estudiantes se encuadra en el grupo profesional de mayor rango y menos de un cuarto de los padres finalizó la educación terciaria. Un 39% de los estudiantes de Canarias procede de un nivel socioeconómico bajo, en comparación con el 29% de España o el 15% de la OCDE”.

Asunto que, por lo que parece, no mereció una gran atención mediática. Y que es más relevante que las vacaciones o los sueldos. A años luz.

Como se sabe, en el PISA 2009 salimos muy mal parados. En lectura, ciencias y matemáticas, las tres competencias básicas analizadas. Y los centros privados superaron a los públicos por 59 puntos en lectura, 44 en matemáticas y 57 en Ciencia.

Pero, advierten desde PISA, “por lo general los alumnos que acuden a centros privados provienen de entornos socioeconómicos más ventajosos”. Y concluyen que “una vez realizados ajustes considerando las características socioeconómicas de los alumnos y los centros según estándares de PISA, los centros públicos de Canarias tienen un mejor rendimiento que los privados”. ¿Destacó alguien este aspecto?

Otro dato relevante para la reflexión: las diferencias entre chicos y chicas. En efecto, el informe señala que el “sistema de enseñanza secundaria de Canarias parece ser menos efectivo para las chicas que para los chicos en matemáticas y ciencias; y en lectura, “la ventaja de las chicas sobre los chicos es inferior a la de la mayoría de los países de la OCDE”.

Y, en el lado positivo, el informe destaca que las diferencias socioeconómicas entre los estudiantes provocan menos diferencias en sus resultados en Canarias que en la OCDE, y hay mucha menos variación del rendimiento entre los centros de enseñanza que dentro de los propios centros (lo que indica una elevada equidad del sistema), así como que resulta “encomiable”, el rendimiento de los alumnos inmigrantes, similar al de los nativos.

Por último, y respecto a financiación del sistema, se resalta que Canarias estaba, antes de los recortes de 2010 y 2011, a una décima del porcentaje medio de la OCDE y a cinco de Finlandia, aunque se recuerda que la financiación por sí sola no conduce a mejores resultados, influyendo más la calidad de los recursos humanos.

Dejo para una segunda entrega del análisis del documento, el acercamiento a aspectos como los estudiantes y el aprendizaje, la organización de los centros, el papel de las familias o la formación y los incentivos al profesorado.