BAJAS LABORALES >

Prohibido ponerse enfermo

Imagen de archivo de personal del servicio de Urgencias atendiendo unas charlas. / DA

MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife

Si para una cosa ha servido la crisis, es para acabar de un plumazo con el abuso de las bajas laborales. Según un estudio que maneja Comisiones Obreras (CC.OO.) en Canarias, el 25% de los trabajadores padece riesgo psicosocial y estrés laboral, es decir, “miedo” a pedir una baja, a pesar de estar enfermo, por el riesgo de perder su empleo.

En los últimos 10 años, el número de consultas relativas a riesgo psicosociales han pasado de 19, en 2001 a 107, en 2010, lo que representa un incremento del 563%. Este aumento ha sido “más intenso” coincidiendo con la crisis económica.

La secretaria de Salud Laboral de CC.OO. en Canarias, Carmen Marrero, resaltó que, en los años 2008 y 2009, se aprecia una tendencia al alza con 58 y 51 consultas, respectivamente, que culminó en 2010, con 107 consultas, justo el doble.

Marrero destacó además el aumento “brutal” en cuanto a las consultas sobre esta materia, que han pasado a ser del 8,3%, en 2001 a un 20,74%, en 2010. Es decir, que cinco de cada diez consultas, que llegan al gabinete de salud laboral de CC.OO., está relacionada con el riesgo psicosocial.

En cuanto a los sectores de actividad, es en la hostelería donde hay un mayor porcentaje de consultas, un 24%, seguido de los servicios a la ciudadanía (23%) y de actividades diversas (18%).

Marrero justificó este aumento no solo en el hecho del miedo del trabajador a la pérdida del empleo si opta por una baja laboral, sino a que lo despidan “y no pueda volver a encontrar otro trabajo”. Asimismo, la reducción de las plantillas, especialmente, en el sector de la hostelería, “incrementa el estrés laboral y la tensión” en los puestos de trabajo.

Un clima, indicó Marrero, que el empleado traslada a su vida familiar. “Al haber reducción de plantilla, el empleado no se puede coger las vacaciones ni las libranzas cuando quiera sino cuando la empresa lo diga, por lo tanto, esto crea conflictos en casa puesto que se hace más difícil conciliar la vida laboral con la familiar”, explicó Marrero.

A todo esto se une también la posibilidad, incluida en la nueva reforma laboral aprobada el pasado 10 de febrero, de acudir al despido si un empleado falta el 20% de su jornada laboral durante dos meses consecutivos, aunque sean bajas justificadas. Esto equivale a una media de nueve o 10 días. “Es que, al final, nos están prohibiendo ponernos enfermos”, explicó el secretario general de UGT en Canarias, Gustavo Santana. La pasada semana, las mutuas revelaron que, entre el 7% y 13% de las bajas que se daban en España, eran fraudulentas y reclamaban más participación en el “control” del trabajador enfermo.

“Esto es lo que hace la nueva reforma”, aclaró Santana, “está dejando en manos de un organismo, que paga el empresario, la decisión de enjuiciar la salud de un trabajador, poniendo en duda la labor del servicio público”, dice la misma fuente.

Desde el ámbito empresarial, la visión es totalmente distinta. Los datos que manejan las patronales apuntan a que el 54% de las bajas inspeccionadas por Trabajo acabaron en alta médica. Y algo aún más grave y es que el 75% de los trabajadores que recibieron la llamada de la inspección se reincoporaron a su puesto de trabajo a las 24 horas.

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La encuesta

Según la Encuesta de Riegos Psicosociales realizada por CC.OO., sobre trabajadores por cuenta ajena que han experimentado un proceso de ajuste de plantilla en su empresa pero que permanecen en ella, éstos “tienden a renunciar a un número mayor de derechos laborales, como coger un día de permiso por motivos familiares o personales, por miedo a perder su empleo”.

Tras un proceso de este tipo, los “supervivientes” no solo sufren un aumento de la carga de trabajo, incluyendo una diversificación de tareas, sino que además se enfrentan a riesgos psicosociales derivados de esta situación. En concreto, sufren inseguridad, culpa, pérdida de confianza y ambigüedad de rol como consecuencia de una modificación de sus condiciones de trabajo.

La encuesta también concluye que los “supervivientes” sufren problemas de salud como el deterioro de la salud mental y la salud autopercibida, “así como un aumento de probabilidad de muerte por enfermedad cardiovascular”.

La secretaria de Salud Laboral de CC.OO., Carmen Marrero, lamentó “que nos encontremos con muchos trabajadores que deciden renunciar a derechos laborales reconocidos fundamentalmente en empresas que no cuentan con representación sindical”. Esto hace que muchos trabajadores “acudan al trabajo, incluso estando enfermos, para evitar ser mal considerados por su empresa”. Marrero denuncia, además, que “muchas empresas, que alegan estar pasando dificultades económicas por la actual situación de crisis, rechazan de inmediato invertir en prevención de riesgos laborales, por considerarlas prescindibles”.

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