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Ranas, lombrices, pulgas y piojos (I)>Benito Cabrera

Es habitual en el folklore utilizar escenas protagonizadas por animales diversos que establecen un diálogo de absurda comicidad. Los esponsales de la pulga y el piojo son un ejemplo de esta costumbre, de la que encontramos variantes en Canarias, la Península Ibérica y América.

Nos ocupamos en esta ocasión de un singular ejemplo canario, en concreto, la llamada Mazurca Herreña. En su texto, se relata todo un bestiario personalizado en actividades diversas: Yo vi una rana dulcera / haciendo dulce e’ maní / y también una lombriz / que era maestra de escuela. Y en la parte final: Una rana costurera / un piojo afeitando un grillo / una manada e’ piojillos / estaban bailando el tango / un gato marramamiando / esto sí que es fandanguillo.

Estas curiosas estrofas tienen su origen en Cuba. Pertenecen a un conjunto de décimas muy celebradas en la isla caribeña y han sido reseñadas por varios estudiosos como el cubano Ricardo Reverón Rojas.

Con la muletilla de “yo vi” o “yo he visto” se dan cita un sinfín de espinelas, de las que se destacan habitualmente animales propios de la fauna local. Alguien adaptó a la melodía de esta mazurca las estrofas cubanas, que escuchamos en versiones diversas, como la grabada por la popular Celia Cruz en una canción titulada Cuándo volverá: Ay, yo vi una rana dulcera / haciendo dulce ‘e maní / pero yo vi una rana dulcera / haciendo dulce ‘e maní / yo también vi una lombriz / que era maestra de escuela / (…) Una rana costurera / un piojo afeitando un grillo / súbete los pantalones / que no tienes calzoncillos.

Pero no acaba aquí la mescolanza. En una próxima entrega seguiremos dando pistas de este tipo de cruces culturales en el surreal texto de nuestra mazurca.