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Serendipity > María Montero

Todo es posible. Por tanto, todo puede suceder. Como en esta columna, en la que también puede ocurrir de todo. Estoy escribiendo en un avión, aunque no me crean, aunque en el fondo lo cuento para que mis jefes ensalcen mi inspiración. En el fondo, quiero agradecerles que apoyen a las mujeres que participan en este periódico, y que confíen en nosotras. Por cierto, si eres mujer y viajas en avión, hazlo con minifalda. Totalmente recomendado. Y verás lo que es la serendipia. Sí. Serendipia (o serendipity en inglés) se describe como el conjunto de casualidades aparentes, intencionadas por el universo, cuasi humanas, cuasi cósmicas, que no dejan de sorprendernos, y que permiten que sucedan cosas bonitas que se escapan a nuestro control. Y es esta serendipia la que ha querido conectar este espacio con ustedes, los lectores. Si continúa leyendo esta columna, por algo será. Mientras, voy avistando las luces de Bilbao, desde el aire, y no puedo dejar de acordarme del Carnaval de Tenerife. Entre otras cosas, la magia de un carnaval radica en la chispa de gente nueva que conoces. Durante varios días, acudí a eventos murgueros, galas, desfiles y sardinas chamuscadas, con un micrófono entre manos. Ser radiofonista en carnaval es un regalo. El micrófono externo era profesional, pero el interno estaba hecho de ilusión, como una varita mágica revestida de espejo radiofónico. Y pregunté, entrevisté, me conmoví, y me encontré con todos los que estaban en mi serendipia al menos. Entre 200.000 personas, ¿cuántas posibilidades hay de encontrarse con alguien? Exactamente 200.000 probabilidades. Cuando entrevisto a alguien, me gusta mirar a los ojos a mi interlocutor, y por mi micrófono mágico pasaron políticos, carnavaleros, turistas, amigos, todos increíblemente maravillosos … y uno… entre 200.000. Cuando conoces a alguien, los 10 primeros segundos son vitales.
Pueden parecer eternos, o esfumarse volando hasta la próxima sincronicidad. Pero ese halo inicial lo llevas contigo, como el perfume que lucías justo ese día. Y cuando alguien te dice “que está buscando un huequito en su agenda”, quizá quiera decir que “ese huequito es un mundo por haberte conocido”. Y esto, mi querido lector, por serendipity, que nos puede pasar a todos. Levántese una mañana y constrúyase su micrófono físico o imaginario, y salga y pregunte. Investigue sus casualidades, por si acaso alguien le tiene un huequito reservado en su vida, aunque todavía aún no lo sepa. Y si alguien le entrevista a usted, abra su corazón y déjese llevar, que la magia no está en crisis, sino a la alza. Los momentos de serendipity, son únicos. Siempre recordamos la primera vez que encontramos a alguien especial para nosotros. Cuando la serendipia se expresa, se siente en el ambiente. Es casi imposible no darse cuenta. Se empiezan a encadenar circunstancias favorables una detrás de otra para que algo bueno suceda. Los físicos cuánticos dicen que es el lenguaje del universo. Y otras personas hablan de situaciones que parecieran escritas. Hay culturas como los mayas que sostienen la fuerza del destino. Y aunque los carnavales han terminado, el hechizo, deseo, que nos dure a todos hasta el año que viene. Mientras, sigo mirando a alguien entre la multitud, y sigo saliendo todos los días a entrevistar corazones con patas, y a emitir corazones en los programas, abrazando sincronicidades, y pidiéndole al destino,y a Mercurio, mensajero de los dioses, que les lleve estas palabras a todos ustedes. Gracias.

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