caso yurena > muerte de una joven en GüÍmar (2009)

Setenta años de prisión para la pareja que asesinó a su sobrina

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Treinta y cinco años de cárcel para cada uno es la pena privativa de libertad impuesta por la magistrada de la Sección Segunda de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife, Francisca Soriano, en la sentencia del juicio seguido contra un matrimonio de Güímar al que se considera probado que asesinó a su sobrina Yurena, fallecida en 2008, para quedarse con su bebé, en uno de los casos más espeluznantes que se recuerdan en la Isla.

En concreto, la magistrada, que ajusta su sentencia al veredicto del jurado popular que decidió sobre el asunto, impone veinticinco años de prisión a cada uno, María de Los Ángeles y Juan Daniel, como autores de un delito de asesinato, otros dos años de prisión para cada uno por uno delito de maltrato y otros ocho años más de reclusión penitenciaria por un delito de detención ilegal.

Además, la magistrada los condena a indemnizar solidariamente al hijo de Yurena en la suma de 250.000 euros, así como a las habituales penas accesorias de alejamiento de los familiares de la víctima y de inhabilitación absoluta, de ejercicio del derecho de sufragio pasivo y hasta de tenencia y porte de armas.

Según recoge la magistrada en su sentencia, se da por probado que María de los Ángeles y Juan Daniel, tíos maternos de la fallecida, se ofrecieron a acoger a Yurena en su casa del barrio de La Hoya después de que diera luz a su hijo aprovechando el enfrentamiento de la joven con sus padres, que incluso condujo a que ella los denunciase por maltrato aunque posteriormente no declarase en el juicio, por lo que fueron absueltos. Los acusados, siempre según la sentencia, vieron en la situación de Yurena, ante su propia imposibilidad de tener hijos, una manera de cumplir con sus deseos de ser padres, ya que pretendían ejercer como tales respecto del hijo de su sobrina.

Para lograrlo, en cuanto empieza a vivir con ellos (23 de junio de 2008), comienzan a proferirle un trato tendente a anularla como persona y destruirla físicamente.

Así, por un lado la mantenían retenida en la vivienda, controlando todos sus movimientos y aislándola del exterior. Por otro, le propinaban continuas palizas, causándole numerosas heridas tanto internas como externas, siendo atendida en una ocasión en La Candelaria por un golpe en la oreja.

Ni le daban de comer

Lejos de reflexionar y cambiar de conducta, las palizas fueron a más, con el agravante de que no se le volvió a prestar asistencia sanitaria.

La sentencia habla incluso de trato “sádico y agresivo” de la pareja con respecto a su sobrina, al punto que los ahora condenados tampoco le proporcionaban una alimentación suficiente, llegando a pesar de 45 a 50 kilos en el momento de su muerte, relevando la autopsia que la víctima padecía anemia.

Con semejante trato se produjo el fatal desenlace, que tuvo lugar el 18 de febrero de 2010 por un fallo multiorgánico y shock séptico, siendo la principal causa de la muerte una bronconeumonía, presentando además extensas necrosis cutáneas infectadas en diversas partes del cuerpo.

Consultada anoche la defensa de uno de los acusados, todo apunta a que se presentará recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.