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Un nuevo enigma benahoarita en el Arqueológico

La presidenta del Cabildo y la consejera de Cultura presentaron el nuevo enigma. / JONATAN RODRIGUEZ (ACFI PRESS)

DAVID SANZ | Los Llanos de Aridane

Un nuevo misterio del pasado prehispánico de La Palma aguarda a los visitantes que acudan al Museo Arqueológico Benahoarita (MaB). Esta vez se trata de un bloque de lava que tiene incrustaciones de restos humanos y microfauna, en concreto de pequeños ratones o burgaños, como se conocen popularmente.

La presidenta del Cabildo y la consejera insular de Cultura, Guadalupe González y María Victoria Hernández, presentaron el “segundo enigma del MaB”, como se ha dado en llamar esta serie que persigue dar a conocer la riqueza arqueológica que encierra La Palma a través de una serie de elementos singulares, que en este caso procede de la presencia de restos humanos en una lava.

La roca procede de la necrópolis de La Cucaracha, en la Montaña de las Tabaibas de Mazo y fue hallada en una excavación realizada el 20 de septiembre de 1963 por Ramón Rodríguez Martín y Myriam Cabrera Medina. Las dataciones del carbono 14 de los huesos hallados en esta roca de lava dan una edad aproximada de 1.090 años. Se aprecian en ella fragmentos de mandíbula, costillas, diáfisis de huesos largos y tejido esponjoso.

La roca procede de la necrópolis de La Cucaracha, en la Montaña de las Tabaibas de Mazo. | DA

Cumbre Vieja

Si bien uno de los aspectos más interesantes de este elemento es que su composición química, así como esta datación, coinciden con la erupción de La Malforada-Nambroque, situada en la dorsal de Cumbre Vieja, ocurrida en torno al 1050. Ello implica que este bloque fue trasladado desde la Cumbre a la cavidad de La Cucaracha, separados por unos nueve kilómetros en línea recta.

El arqueólogo y jefe de servicio de Patrimonio en el Cabildo, Jorge Pais, destacó que este hecho puede responder a varias hipótesis, que pasarían desde estar ante restos de personas fallecidas durante la erupción o bien que se trate de restos de un yacimiento funerario sepultado por la lava.

Lo cierto es que sí denota un respeto por los muertos en la cultura benahoarita. Un aspecto, las costumbres funerarias entre los indígenas, que se encargó de analizar la historiadora palmera Nuria Álvarez Rodríguez, en una interesante conferencia que ofreció anoche en la sede del MaB.