SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife
Antonio Zambujo actúa este sábado en la Isla. La querencia de este músico portugués por los sonidos que le llegan de todas partes, y a partir de los cuales construye un discurso musical lleno de personalidad, ilustran muy bien el espíritu del Festival Tránsitos, cuya sexta edición se desarrolla hoy, desde las 19.00 horas, en el Auditorio de Tenerife Adán Martín y su entorno. Allí Zambujo compartirá cartel con los madrileños Vetusta Morla, la saharaui Aziza y los canarios Grenouille, DJ Kali y Sito Morales Group.
-Llega a Canarias en pleno éxito de su último disco, Quinto. ¿Dónde radica la clave de la aceptación de su propuesta musical, en la que el fado cobra gran protagonismo?
“Hace algún tiempo que mi música va más allá del fado, que se alimenta de otros sonidos. Pero sí, siempre el fado es la referencia. Pero no sabría explicar el porqué de la aceptación de mi trabajo; simplemente, estoy feliz de que a la gente le guste”.
-Usted combina el jazz, el canto alentejano, la bossa nova… ¿De qué manera entiende esta fusión?
“Más que de fusión, prefiero hablar de un montón de sonidos que voy interiorizando. Y luego el resultado, las músicas y las letras, van saliendo de una manera muy natural. Nunca me preocupo en definir lo que hago, además de que no me gusta ponerle etiquetas y decir, por ejemplo, esto es jazz, aquello es bossa, eso otro es fado…”.
– ¿Y resulta muy complejo ese proceso entre que surge la música, madura y se plasma en un álbum?
“En el estudio pasamos muy poco tiempo, pero la preproducción del disco sí que se demora bastante. Trabajamos de una forma muy tranquila: las músicas y las letras surgen poco a poco y luego llega el momento en que nos ponemos a hacer una selección. Para quedarnos con 14 o 16 temas, trabajamos con más de 40 canciones. Todo se trata de elegir los que más te gustan”.
-Precisamente, acude hoy a un festival, Tránsitos, que habla del intercambio, de la movilidad, de las músicas que comparten los pueblos. ¿De qué manera asume esas influencias de las que hablamos?
“De la mejor manera que puedo: cantándolas. Siempre he creído que la música que escuchamos incide en todos nosotros, que nos va transformando de forma paulatina e, incluso, nos va definiendo como personas”.
-¿Y es esta una postura premeditada? ¿Está siempre atento a la música que se hace en el mundo?
“Viajar mucho es una ventaja. Solemos acudir a numerosos festivales, y eso me permite escuchar en directo a otros artistas. Ahí reside mi inspiración, lo que da forma a nuevos proyectos”.
-¿Cómo describiría la propuesta con la que se presenta esta noche ante el público de Tenerife?
“Haremos un concierto que estará basado, en buena medida, en el disco anterior, Guía, que no ha sonado mucho en España. Pero claro, también tocaremos nuevas composiciones y otras de trabajos anteriores”.
-¿Las giras son buen momento para componer o necesita encontrarse en otras circunstancias?
“Depende. Me gusta mucho disfrutar de los lugares a los que acudo, pero también creo que hay tiempo para todo: para conocer gente, para salir, para tocar y hasta para componer”.
-Ahora que crisis es la palabra de moda. ¿De qué manera entiende que afecta esta situación al mundo de la música?
“La vida de un artista es hoy muy arriesgada, aunque, de hecho, nunca ha dejado de serlo. Pero soy un optimista convencido y pienso que las cosas pronto van a cambiar a mejor. Y creo que esto sólo dependerá de la gente de la calle, no de quienes nos gobiernan ni tampoco de los que controla los mercados”.