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Calima ya es una más en la familia

NICOLÁS DORTA | Adeje

Calima no se despega de su mamá Cande. Imita todo lo que hace bajo el agua y cuando respira en la superficie. Estará así al menos unos cuatro años, los suficientes para ganar independencia, autonomía, para empezar a ingerir pescado y unirse a las labores grupales. Mientras, solo existe su madre y lo que ella haga.

El sentimiento paterno en los delfines no existe, ni familiar, ni algo que se le parezca a los humanos. Existe el trabajo y las respuestas grupales. No llevan bien ser rechazados por el grupo. Es el instinto de estos preciosos animales que pueblan océanos, también delfinarios en la Isla y en el mundo. Mamíferos juguetones capaces de alegrarle el día a cualquiera.

Hace tan solo una semana que Calima nació en las instalaciones del Aqualand Costa Adeje. La madre tiene 40 años y proviene del Acuario Nacional de Cuba. La capturaron en el mar hace 24 años pero se adapta perfectamente al delfinario, uno de los más importantes de España y de Europa en cuanto a la cría de estos mamíferos y reconocido por la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM). Hasta ahora, han nacido alrededor de 15 que han sido trasladados, dependiendo de la evolución del grupo, a diferentes centros.

Actualmente conviven en Costa Adeje 10 delfines, en 1.300 metros cuadrados de lámina de agua y en seis millones de litros. El delfinario está abierto desde 1996 y José Luis Barbero es su director técnico. También trabajan las entrenadoras Carla, Lidia y Marina, cuyos nombres forman Calima.

A diario preparan el pescado y trabajan con los delfines para realizar el show. “Para ellos es como un juego; tanto que una manera de castigarlos es dejarlos sin el espectáculo”, dice Barbero.

El entrenamiento se basa principalmente en el estímulo condicionado. “Utilizamos ese instrumento para que los animales desarrollen o respondan a determinadas habilidades. Necesitan la comida, igual que nosotros”.

Pero no todo se basa en la recompensa del alimento, pues el trato con el entrenador es fundamental. “No es si no trabajas, no comes, sino hay otros muchos matices”, asegura el director del delfinario. “Es como si fuera la educación en un colegio: tienes que obedecer a un profesor, a una estructura y establecer una sociabilidad”, subraya.

Si la inteligencia se basa en la capacidad de adaptación en determinadas circunstancias “los delfines nos superan, pues como mamíferos han conseguido respirar bajo el agua”, ejemplifica José Luis Barbero. De las 37 especies de delfines “otras no se han adaptado tan bien”, agrega. A los delfines mulares de Costa Adeje se les ve felices. A su manera.

Turismo

El turista es el principal cliente de los delfinarios. En lugares como Inglaterra “hace unos quince años que están prohibidos”, explica el director del centro. El principal espectador es el turista inglés. “Es el que quiere interactuar, participar, y más información”, dice el experto.