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Combatir el paro debe ser lo primero

Otra vez Canarias en los titulares de los medios de comunicación de todo el país, y otra vez por ofrecer (y ya van no sabe cuántas ocasiones) uno de los datos más negativos de España en cuestiones propias del ámbito socioeconómico; en este caso por la tasa de paro que ha registrado en el primer trimestre de 2012, siempre según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) difundidos en la mañana del viernes pasado.

No tenemos duda de que todos los políticos canarios y españoles tienen en su mente acabar con esta lacra, o al menos aminorar sus consecuencias. Pero dicho esto, que es verdad, la más pura realidad es que llevan mucho tiempo sin conseguirlo, y quizás ya sea el momento de, como se suele decir, coger el toro por los cuernos. Canarias y España están deseosas de que cambien las tornas, y de que, más pronto que tarde, pueda haber un signo alentador, esperanzador, algo que indique que el actual rumbo llega a su fin, que se está en un punto de inflexión, el mismo que por ahora no llega y tanto se ansía. La gente que padece las consecuencias del paro, las familias, ya necesita un halo de esperanza, algo a lo que agarrarse para creer en los políticos, en los gestores públicos, en su comunidad autónoma, en el Gobierno del país y en el modelo administrativo que se ha dado esta España. Esto es crucial, y para sentar las bases de la luz que se divisa al final del túnel nada mejor que la unidad de acción, nada mejor que el consenso entre los gobiernos de distinto signo, entre los partidos y entre todos los agentes económicos y sociales.

Hay que dejar de lado la política más inútil y fea, la que no ayuda a alcanzar soluciones útiles para la ciudadanía hoy sin futuro; y también las batallas abiertas entre empresarios y gobiernos, como la que las patronales canarias vinculadas al negocio turístico desencadenaron hace unos días contra el Ejecutivo canario que lidera Paulino Rivero a cuenta de la subida anunciada en dos puntos del tipo general del IGIC, que, si la termina aprobando el Parlamento Autónomo (CC y PSOE cuentan con mayoría para ello), significará un duro varapalo para el único sector económico que en Canarias hoy en día tira del carro, el más importante de la economía isleña y, como no se cansa de repetir y repetir el mismo presidente Rivero, del que dependeremos todos los canarios en los próximos años, nos guste o no. Y es que no queda otra. Por ello, lo sensato es que empresarios del sector y Gobierno canario retomen la armonía, el diálogo y el consenso en las grandes cuestiones, y que además hablen, analicen y planteen soluciones respecto al impacto de la subida prevista en el IGIC en las cuentas del turismo, que es, según la patronal, de nada más y nada menos que 100 millones de euros. Esto no puede quedar así, y la forma de resolver tal desencuentro es sentarse a negociar. Se está tardando en hacerlo. Cualquier fallo estratégico relacionado con este distanciamiento seguro que tendrá consecuencias indeseables para todos. Toca hablar, toca ser sensatos, toca no equivocarse… A la espera estamos. La vuelta al diálogo es necesaria, vital para el futuro de Canarias, de manera que estas Islas, poco a poco y también confiando en que las acciones del Gobierno de Rajoy tengan efectos bondadosos en el empleo lo antes posible, retomen la senda de la reducción del desempleo. Hoy, conviene recordarlo, las Islas, tras el incremento del paro en 20.400 personas en este pasado trimestre (más 5,98%), hasta llegar a 362.300 desempleados (con una tasa del 32,28%), son la comunidad autónoma con el índice más elevado, sólo por detrás de Andalucía. En Canarias, hoy, según la EPA, uno de cada tres activos, personas que quieren y pueden trabajar, está en desempleo. Es demasiado. No se puede esperar más para cambiar el rumbo.