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Controlar el efectivo > Jorge Bethencourt

La información es poder. Es una vieja sabiduría popular. Tener el conocimiento más exacto posible de algo concede una importante ventaja a su poseedor. Al ejército alemán le costó muy caro que los aliados -tras hacerse con el código Enigma de transmisiones secretas de los germanos- supieran perfectamente y de primera mano los movimientos del enemigo. Y tras los atentados del 11-S en Nueva York, la obsesión de los servicios secretos de todo el mundo es tener la máxima información posible sobre los movimientos terroristas.

Los Estados necesitan saber, porque está en la naturaleza de poder. Controlar a los ciudadanos para conocer lo que ganan y por lo tanto cuántos impuestos se les puede exprimir. Vigilar los posibles movimientos que pongan en peligro la estabilidad social. El uso del miedo -apoyado en trágicos sucesos- hace que los propios ciudadanos estén dispuestos a ceder libertad a cambio de una promesa de más seguridad. Sólo que la promesa es falsa.

El Gobierno del PP ha lanzado la especie de que se prohibirán los pagos en efectivo a partir de ciertas cantidades. O lo que es lo mismo, que las transacciones tendrán que hacerse a través de los bancos. Es decir, que esa promesa de pago que son los billetes que emiten los Estados ya no son un cheque al portador. Primero demonizaron los billetes de 500 euros (los bin laden), que terminaron debajo de los colchones del ladrillo en España. Coño, si no quieres que haya billetes de 500, ¿para qué los pones en el mercado? Luego, mientras con una mano prometen una amnistía fiscal (la tercera que se hace en España) para el dinero que está fuera del país (y que no va a venir ni loco, tal y como está el patio) con la otra nos avisan de que probablemente a partir de una cifra los pagos no se podrán hacer en efectivo (con lo que en la práctica impiden que aflore el dinero escondido). O sea, más comisiones para los bancos. Pero ¿y si un autónomo no quiere tener cuenta bancaria? ¿Cómo paga? ¿Es que será tan obligatorio tener tarjeta de crédito como tener un DNI?

La obsesión por el intervencionismo de las nuevas democracias totalitarias las está llevando de viaje por tenebrosos mares. El control perfecto de ciudadanos perfectamente controlados. Con esa amigable banca mediando en las transacciones del mercado e informando puntual y ordenadamente de todo a su querido Gobierno. Y cobrando más comisiones, claro.
Este mundo da miedo. Y menos mal. Porque de otra forma daría asco.

Twitter@JLBethencourt