El reconocimiento que recientemente ha distinguido al municipio de Buenavista del Norte por su trabajo a favor de la accesibilidad es un motivo de orgullo para todos los vecinos, y para quienes hemos trabajado durante años en convertir a esta localidad en una referencia en este aspecto, en un lugar que pueda ser ejemplo para todos y también visitado y disfrutado por todos. Facilitar a las personas con discapacidad el normal tránsito por las calles del municipio en el que residen es una de las formas más inteligentes que tenemos para garantizar su integración y sus derechos.

El premio Reina Sofía, que concede el Real Patronato sobre Discapacidad, es un paso más dentro de un camino que se inició en los primeros años de la democracia. Resulta inevitable traer a la memoria a todos los concejales de Servicios Sociales que han desempeñado su labor en el Ayuntamiento de Buenavista desde 1981, y que han sido pieza clave en el desarrollo de políticas de integración de las personas con discapacidad a través de la accesibilidad. De igual forma, hay que rendir el justo homenaje al maestro Antonio Paniagua, ya fallecido, que se trasladaba a diario, en aquellos años, desde La Laguna hasta Buenavista para trabajar también por la integración. A ellos les debemos el cambio de mentalidad producido en el municipio hacia las personas con discapacidad, que pasaron de estar recluidas en sus hogares, ocultas, a integrarse en la sociedad y desarrollar todo su potencial para llevar una vida plena y feliz. A partir de 1983, el respaldo a las políticas de integración comenzaría a revestirse de carácter oficial al coordinarse desde el Ayuntamiento y crearse el Centro Ocupacional Isla Baja, en un inmueble adquirido por el Consistorio con ayuda de la Fundación ONCE, que ha servido de ejemplo para la comarca y para toda la Isla.

Ese cambio en la mentalidad, en la forma de concebir las posibilidades de las personas con discapacidad, ha sido posible gracias al esfuerzo de los vecinos de Buenavista, que han prestado un apoyo inestimable al Centro Ocupacional y han sido partícipes directos del Plan Universal de Accesibilidad desde sus inicios. La enorme sensibilidad demostrada por los buenavisteros, que son parte activa de la integración de las personas con discapacidad, se ha traducido en una mejor calidad de vida, y en una mayor integración social y laboral.

El éxito del Plan de Accesibilidad nos indica en qué medida hemos interiorizado la necesidad de crear un entorno en el que los discapacitados puedan moverse con seguridad y eficacia, sea cual sea la minusvalía que padezcan. De igual forma, nos ha hecho más conscientes de sus necesidades, porque las hemos asumido también como las nuestras. La accesibilidad también es la conciencia de que no debemos obstaculizar un paso rebajado, o de que no debemos ocupar una plaza de aparcamiento para discapacitados porque con ello nos volvemos insolidarios y causamos un gran perjuicio.

Facilitar la accesibilidad nos conviene a todos porque nos hace mejores, más atentos a las necesidades del otro. En esta etapa tan difícil, que velemos los unos por los otros puede convertirse en un modo de fortalecernos y salir juntos adelante.

Aurelio Abreu Expósito Vicepresidente y consejero de Bienestar, Sanidad y Dependencia del Cabildo Insular de Tenerife / Senador por Tenerife