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La vía insular de Chimiche a San Isidro, destrozada

El asfalto casi ha desaparecido en algunos tramos. / DA

VICENTE PÉREZ | Granadilla

Los automovilistas que circulan por la carretera que une San Isidro con Chimiche, la TF-636, están que trinan. En los últimos meses, esta vía insular se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos. El asfalto se ha levantado y triturado con el paso de camiones de gran tonelaje, un deterioro que afecta a franjas de metros de largo y en ambos sentidos de circulación.

El deterioro es notorio en la segunda mitad de la carretera, en dirección a Chimiche, causando indignación entre los usuarios, incluyendo transportistas, públicos y privados, por los perjuicios a la seguridad en conducción y a los vehículos.

Los vecinos afectados aseguran que el destrozo del piche se debe al tránsito de camiones cargados de escombros procedentes de una nueva cantera, que surte de material a las obras de construcción del puerto industrial de Granadilla.

Este diario preguntó ayer al Cabildo, titular de la vía, sobre sus previsiones para reparar los desperfectos, sin obtener respuesta. Sí la dio, en cambio, el concejal de Obras, José Manuel Mendoza, quien señaló que el Cabildo tenía previsto comenzar el reasfaltado los primeros días de esta semana, aunque no ha sido así, por lo que estimó que, en todo caso, el inicio de los trabajos es inminente.

De hecho, subrayó que ya se han dado los pasos necesarios, a saber, “el informe de los técnicos del Cabildo, la cantidad de asfalto necesaria y las máquinas están preparadas”. El pasado viernes, el edil explicó en una nota de prensa que ese mismo día el Cabildo había procedido a señalizar la carretera “debido al muy mal estado en que se encuentra”. Un problema vial que llevó al gobierno municipal a ponerse en contacto con el consejero insular de Carreteras, José Luis Delgado, para que esta semana comenzaran las obras.

Entre tanto eso ocurre, se ha decidido señalizar el peligro y limitar la velocidad en el tramo dañado para evitar accidentes, al tiempo que se apela a la prudencia de los conductores para que extremen la precaución.

Lo cierto es que a los usuarios se les acaba la paciencia, pues, como comentaba ayer de forma expresiva un conductor, “esto se ha convertido en un auténtico camino de cabras, no hay en Tenerife nada igual”.