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Las goteras en techos de amianto anegan aulas en un colegio público

La biblioteca afectada por las goteras, con agua por el suelo y estanterías cubiertas con plásticos. / DA

VICENTE PÉREZ | Granadilla

Las recientes lluvias caídas con cierta intensidad sobre el Sur de Tenerife han puesto en evidencia viejos problemas. Es el caso del Colegio Público de Infantil y Primaria (CEIP) Granadilla de Abona, situado en el casco del municipio, donde las precipitaciones han provocado goteras en varias aulas, como las destinadas a biblioteca e informática, donde el agua llegó a anegar el suelo y a mojar libros y ordenadores, tal como refleja la foto que ilustra esta información. A este problema se añade una circunstancia que también preocupa a la comunidad educativa del centro: las cubiertas de amianto, un material cuyo empleo en la construcción está prohibido desde 2002, al ser nocivo para la salud, por su potencial efecto cancerígeno.

De ahí que el alcalde, Jaime González Cejas, y la concejal de Educación, Sara Cano, hayan trasladado por escrito esta preocupación a la Consejería de Educación del Gobierno canario, recordando que ya desde el año 2010 había informes técnicos que aconsejaban acometer obras de mejora en este colegio.

El regidor municipal ha manifestado a este diario ser consciente de los estrechos márgenes presupuestarios que tiene ahora el Gobierno canario por los recortes, pero subrayó que se trata de “una obra necesaria, que requiere de una inversión importante”, por lo que muestra su “confianza” en que el Ejecutivo regional “sea sensible a esta solicitud”. Con estas futuras obras, según abunda el alcalde, “deberían quitarse los techos de uralita en este centro de enseñanza, labor de la que se tienen que encargar empresas especializadas”.

La concejal coincide en calificar de muy necesario y apremiante este proyecto de reforma, por lo que igualmente confía en que sea incluido entre las próximas actuaciones prioritarias de la Consejería autonómica.

Lo cierto es que las lluvias de días pasados, si bien han sido un regalo largamente esperado por los agricultores del municipio ante la atroz sequía que ha venido padeciendo el campo, han traído en cambio auténticos quebraderos de cabeza a alumnos y profesores del CEIP, pues tuvieron que trasladar parte de los libros de la biblioteca, y cubrir con plásticos el resto del fondo bibliográfico, ante la gran cantidad de agua que se colaba por el techo, dejando inutilizadas varias aulas. Las humedades han llegado incluso a contadores e interruptores de electricidad.