Mejor…Imposible, película de 1997, no puede tener un argumento más simple. Trata de la relación de un popular escritor, neurótico y gruñón, con un vecino gay y una camarera. Se llevó dos Oscar y estuvo nominada a otros siete. Guión sencillo pero con Jack Nicholson, Helen Hunt, Greg Kinnear y Cuba Gooding Jr todo suena bastante mejor. La parodia de la misma se viene rodando hace bastante tiempo en el Callejón del Combate, con Miguel Concepción al frente de la misma, lo que supone fracaso asegurado.
La escena de ayer en la que David Amaral accedía a alcanzar a un acuerdo con un club que lo trató a la patada será difícil de olvidar. El sureño vio como tenía que ir al juzgado para recibir lo que por derecho le correspondía mientras desde la directiva, mejor dicho, desde la presidencia, se le había negado. David podía haberse enrrocado, pero no lo hizo básicamente porque es del CD Tenerife. Pidió, y cobrará, lo que le corresponde, lo que está firmado. No hay más.
El problema llega por el otro lado porque las cuentas no salen. A la plantilla se le adeudan dos meses, hay que pagar a Antonio Calderón, Andrés García Tébar y ahora a David Amaral, pero se tacha de “irresponsabilidad”, la rebaja del dinero que debe recibir el club blanquiazuñ del Gobierno de Canarias. Concepción, en otra de sus apariciones públicas estelares, ha llegado a decir que el posible ascenso quedaba supeditado a que el Gobierno no le recortara un céntimo. Lo dijo tal cual y sin pestañear.
A una entidad con problemas económicos, como la mayoría de clubes de un país cada vez más hundido pero que tiene cinco equipos en semifinales de competiciones europeas, los servicios jurídicos del club, formado por Ángel Fernández Carrillo y Rubén Ojeda, no han sabido ahorrarles un dinero que no les sobra.
En su día se estuvo presto y dispuesto para despedir a varios trabajadores dentro de un ERE polémico, pero no han tenido la misma capacidad ahora.
Tengo mala memoria, pero buena hemeroteca en DIARIO DE AVISOS, para recordar las palabras dadas en su día. “El ERE servirá para que no haya retrasos en los pagos a la primera plantilla”. Dicho y hecho: trabajadores en la calle, plantilla con retrasos y tres entrenadores con los que hay que ponerse al día. La solución para Concepción fue empezar a cambiar de puestos a varios miembros del primer equipo con lo que, seguramente, solo estará contento Manolo Sánchez, que está ahora todo el día al lado de un teléfono, que le gustaban tanto que hasta en el banquillo se llevaba uno.
Queda el esperpento de comedia barata, sin gracia y simplona que está llevando al Tenerife al abismo.