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¿Petróleo? > Juan Henríquez

Hasta hace muy pocos días en mi pueblo todo el mundo empezó a dar lecciones de prospecciones y extracciones de petróleo en los fondos marinos. De repente aparecieron los sabelotodo, y sin previo análisis y debate, iniciaron una campaña contra algo que puede producir una catástrofe económica, social y medioambiental. Y lo más sorprendente, que los enemigos de ayer se han hecho hoy los mejores amigos. ¿Quién nos iba a decir que un día veríamos en la misma trinchera a Greenpeace y al Gobierno canario presidido por Paulino Rivero? Una foto histórica con la que Coalición Canaria une su sensibilidad medioambiental a la lucha del mundo ecológico. Ben Magec, ATAN y Los Verdes están todavía celebrándolo; ya lo dice aquel dicho popular: “Dios los cría y ellos se juntan”. Los librepensadores a veces tenemos que pagar el peaje de la ignorancia. Al no seguir a ciegas el dictamen de la demagogia, y ante la ausencia de debates rigurosos y científicos, nos sentimos huérfanos de propuestas a las que poder agarrarnos, a favor o en contra de las catas petrolíferas. Y lo peor, que alguien con mucho sentido común y democracia va y propone una consulta popular sobre el asunto, y una vez más, aparece en escena el terror de una participación del pueblo en la toma de decisiones sobre cuestiones que pueden marcar su futuro económico y social. La realidad no es el sí o el no del veredicto popular, sino la de abrir la democracia a la participación ciudadana: ¡peligro!
Un servidor es un ejemplo de esa inmensa mayoría que no tiene ni puta idea de que va esto del petróleo, ni de los pros y contras que las prospecciones pueden generar al territorio canario y sus habitantes. Es más, tenemos un mosqueo encima por las incoherencias, contradicciones y cambios políticos, que parecemos marionetas. No sólo llama poderosamente la atención el compadreo de los nacionalistas y ecologistas, sino que hasta hace escasamente un año el secretario general de los socialistas canarios proporcionó al Canarias 7 un titular que decía: “Haría las prospecciones con los ojos cerrados”, “sólo veía ventajas, y ningún inconveniente”. Y se queda el caballero tan pancho, y por la puta cara se coloca en la pancarta de cabecera de las manifestaciones en las que figuraba el eslogan: “No al petróleo en Canarias”. ¿Y este mentiroso es el que dirige el PSC-PSOE? ¡Así les va!

Otra cosa es la facilidad con la que se mezclan las cuestiones sobre las extracciones de petróleo. Como si la posible producción de crudo que surgiera de la explotación lo fuera en exclusiva para cubrir el déficit energético del Archipiélago, y entonces de lo que se trata es de confundir el debate con el de las energías renovables, cuando hasta los más ignorantes, como un servidor, sabemos que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Ésa es la escasez de rigor científico de la que hablo. Me pregunta usted qué es lo que pienso sobre las prospecciones petrolíferas: pues con toda la sinceridad del mundo le responderé que en estos momentos, y hasta que me nutra de toda la información que necesito para posicionarme: ¡NPI!

juanguanche@telefonica.net