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Políticas Sociales aprueba a 28 familias acogentes de menores en desamparo

J. L. C. | Santa Cruz de Tenerife

Canarias tiene en la actualidad a cerca de 2.400 jóvenes en situación de desamparo, una cifra que, aun siendo inferior a la contabilizada hace unos años, continúa siendo preocupante. Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de esos menores, el Ejecutivo regional puso en marcha el pasado mes de noviembre el llamado Banco de Familias Acogentes, con el objetivo que de que éste asuma a los cerca de 1.000 menores en desamparo que están actualmente en centros de acogida.

En este sentido, desde hace seis meses se trabaja con 40 familias que mostraron su disposición a acoger menores. De ellas, 28 tienen asignado ya un niño, mientras que otras 60 están a la espera de que la Dirección General del Menor concluya los informes de idoneidad y dé su visto bueno a los padres acogentes.

Al respecto, el responsable de este departamento, José Gilberto Moreno, explica al DIARIO que “se está trabajando sobre dos ideas. Por un lado, la captación general de familias; y, por otro, la creación de un programa específico de apoyo y seguimiento personalizado de las familias, con el fin de cubrir las necesidades que las familias biológicas no pueden cubrir”.

Una opinión que comparte la consejera de Políticas Sociales del Ejecutivo, Inés Rojas, quien destaca que “este programa se va a llevar a cabo desde lo público; es decir, por personal exclusivo de la Comunidad Autónoma, con la colaboración del personal de los cabildos y de los propios centros de acogida, con el fin coadyuvar a agilizar los procedimientos administrativos que den lugar a la salida de un menor de un centro hacia una familia”.

Proceso complejo

“Lo primero que se les deja claro a las familias es que no se trata de un paso previo a la adopción, porque el objetivo final es la reagrupación familiar”, subraya José Gilberto Moreno, quien deja claro que “ni siquiera generamos la expectativa, porque podría ser peligroso para la propia familia acogente y los niños”, arguye el director general del Menor, que reconoce que cuando se dio a conocer el proyecto del Banco de Familias tuvieron más de 500 peticiones.

El proceso es muy complejo, y cada caso tiene sus singularidades. “Se trata de ir más allá del concepto de familia extensa (niños que son acogidos por familiares), porque son familias ajenas las que asumen esos lazos de afectividad”, denota Moreno, que insiste en que “nuestra premisa es proteger y atender al niño por encima de todo”.

Una vez seleccionada la familia, en un proceso que como máximo dura 6 meses, se analiza la asignación del menor o los menores, que en muchos casos son hermanos, mayores de 7 años o con algún tipo de discapacidad, cuyos procesos de adopción suelen ser más difíciles. Luego, y en función del poder adquisitivo y la situación social de la persona o familia acogente, la Dirección General del Menor supervisa y financia el acogimiento, mediante un seguimiento personalizado las 24 horas del día.

Del mismo modo, la Consejería está formando al personal del 012 para que puedan ofrecer una información detallada sobre cómo acceder al banco de familias y se está concluyendo el manual a seguir para el acogimiento en familia ajena, que incluye itinerarios de las fases y servicios de programa y su descripción, que va desde la información, captación, formación, valoración, asignación de menores, colaboración y participación de los Cabildos, formalización acogimiento, seguimientos e intervención con menor, familia biológica y acogentes y ceses del acogimiento.