JOSÉ LUIS CÁMARA / F. DOMÍNGUEZ | Santa Cruz de Tenerife
Menos profesores y médicos; más tasas universitarias; menos becas; más pacientes en las listas de espera. Los recortes están empezando a asfixiar a la educación y la sanidad pública, principales damnificadas de una crisis que no parece tener fin.
El tijeretazo anunciado por el Gobierno del PP, cercano a los 10.000 millones de euros, así como las medidas aprobadas ayer mismo por el Consejo de Ministros, han puesto en pie de guerra a ambos sectores, que no descartan salir a la calle para lograr que el Ejecutivo dé marcha atrás. La empresa, sin embargo, se torna complicada, porque muchas de las medidas vienen impuestas por el contexto de déficit existente, como explican desde el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife (Comtf). Para su presidente, Rodrigo Martín, “el sistema sanitario de las Islas ya no aguanta más recortes”. “Canarias está en mínimos desde hace tiempo, porque sistemáticamente venimos padeciendo recortes, tanto en materia de personal como de recursos”. “Además”, resaltó el responsable del Comtf, “existe una deuda histórica y un déficit de financiación con el Archipiélago que el propio PP exigió mientras estuvo en el Gobierno autonómico”.
Una opinión que comparten desde el Sindicato de Enfermería (Satse), donde consideraron que “la decisión de recortar 7.000 millones es la crónica de una muerte anunciada, la muerte de un modelo de atención del que hemos venido disfrutando todos los españoles, del que nos sentimos orgullosos por su gran eficiencia a un coste menor que el resto de países, y que costó mucho esfuerzo desarrollar”.
En la misma línea se manifestaron desde el Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública, donde aseguran que “estas medidas se suman al resultado de los recortes de más de 400 millones en los Presupuestos del Archipiélago de los tres últimos años, que han supuesto, por ejemplo, que la lista de espera quirúrgica haya crecido, incluso según datos oficiales, un 18,75% entre junio y diciembre de 2011”.
“Son recortes que tendrán un impacto tremendamente negativo en la salud en una situación como la actual, en que es más importante que nunca que existan sistemas de protección social y de atención sanitaria pública que atenúen las secuelas en materia de salud que sufren los desempleados”, denotó Jorge Bethencourt, uno de los promotores del foro, quien agrega que “el sistemas de atención sanitaria no debería poner barreras económicas (copagos o recortes en la cartera de servicios) en el acceso a una población con cada vez menos recursos”.
Y si en el ámbito de la sanidad las aguas bajan revueltas, en educación el futuro tampoco es halagüeño. El motivo, las últimas medidas anunciadas por el ministro José Ignacio Wert. Al respecto, el presidente de la Junta de Personal Docente de Tenerife, Pedro Crespo, de Anpe Canarias, expresó de forma contundente el “rechazo unánime” a los nuevos y no descartó movilizaciones si finalmente se llevan a la práctica las medidas planteadas. “Veremos cómo se aplican los ajustes, y entonces decidiremos”, incidió Crespo, que también se opuso al recorte salarial anunciado la semana pasada por el Gobierno de Canarias.
Mientras, desde el sindicato de interinos Insucan se recordó que en las Islas ya se habían producido numerosos recortes, como la eliminación de las medidas de atención a la diversidad, la eliminación de los grupos flexibles, la supresión de 60 ciclos de FP la decisión de dejar sin plaza a más de 1.000 alumnos que superaron las pruebas de acceso a los ciclos formativos y a los más de 8.000 que solicitaron plaza en formación profesional. Del mismo modo, se expresa Fete-UGT, que alerta de que los ajustes en Educación se harían en las Islas sobre un presupuesto ya recortado, y que la “reducción de 3.500 docentes se aplicaría sobre una plantilla en la que ya faltan 7.000 profesores”.
La ULL habla de “sangría”
Las universidades han sido otra de las damnificadas por el ajuste del PP, con la subida del importe de las matrículas, que ahora representarán entre el 15 y el 25% del coste real de las carreras para los nuevos alumnos. El rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Eduardo Doménech, afirmó que era previsible la subida de las tasas, “aunque no en esta magnitud”. Doménech cifró, a modo de ejemplo, sobre los 800 euros el desembolso máximo medio para un alumno de segundo o tercera de carrera de la ULL “con alguna asignatura” pendiente. El rector subrayó que esta medida, “que no va acompañada de una política de becas suficiente”, supondrá una auténtica “sangría” para el alumnado e impedirá el acceso al sistema universitario a los que menos posibilidades tienen.