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Washington y Seúl considerarían “provocativo” el lanzamiento del satélite


EUROPA PRESS
| Seúl / Washington

El secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, ha mantenido una conversación este martes con su homólogo surcoreano, Kim Kwan Jin, en la que han apuntado que considerarían “provocativo” el lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte para poner en órbita el satélite meteorológico ‘Kwangmyongsong-3′ en conmemoración del centenario del nacimiento del fundador del país, Kim Il Sung.

“Ambos líderes verían el lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte como una grave provocación y una violación de las obligaciones internacionales y posicionamiento con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, ha dicho el portavoz del Pentágono, George Little.

El pasado jueves Estados Unidos pidió a Corea del Norte que no procediera al lanzamiento del satélite al entrar en contradicción con sus obligaciones internacionales. Este lunes, Washington ha reiterado su llamamiento, al tiempo que ha instado a los países que participan en las conversaciones a seis bandas, especialmente a China, a usar su influencia para disuadir a Pyongyang.

Corea del Norte ha detallado que el aparato que se propone lanzar entre el 12 y el 16 de abril es un “avanzado satélite meteorológico geoestacionario” que se encargará de recabar datos. La agencia de noticias KCNA informó de que el país ha intensificado su investigación científica para pronosticar el tiempo en relación a la agricultura y otros sectores económicos y que el satélite ‘Kwangmyongsong-3′ (‘Estrella Brillante’) “será muy útil” en este sentido.

A pesar de estas explicaciones, Estados Unidos y Corea del Sur, entre otros países, sospechan que con este lanzamiento Pyongyang pretende encubrir otras prácticas con misiles de largo alcance, lo que supondría una violación de las resoluciones de Naciones Unidas.

La Casa Blanca ha advertido de que también supondría una violación del acuerdo alcanzado el pasado mes de febrero entre ambos países, por el que Pyongyang se ha comprometido a suspender sus programas de enriquecimiento de uranio y de misiles de largo alcance y a permitir el acceso de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) al complejo de Yongbyon, a cambio de que Washington envíe 240.000 toneladas de ayuda humanitaria.

No obstante, Corea del Norte ha asegurado que el lanzamiento “no tiene nada que ver” con este acuerdo y ha defendido que su objetivo es “el estudio científico”, recordando que “el desarrollo y uso pacíficos del espacio es un derecho legítimo universalmente reconocido de un Estado soberano”, por lo que su explotación económica “no puede quedar en manos de unos pocos países”.