desde la tronera > cultura populaR

Aclarando, que es gerundio: los trajes típicos en Canarias (I)

Comedia de ambiente costumbrista en Santa Cruz (1914); nótese la ausencia de bordados. / ARCHIVO FEDAC


JUAN DE LA CRUZ RODRÍGUEZ
| Santa Cruz de Tenerife

Es frecuente que los términos regionales, tradicionales y típicos acompañando al vocablo trajes se utilicen indistintamente para designar aquellos atavíos diferentes, propios de una comunidad, pueblo, comarca, región, provincia e incluso una nación, pero para nosotros cada uno de ellos tiene un significado diferente.

El primero, trajes regionales, quizá el de más amplio significado, abarca todos aquellos modelos propios de una zona geográfica concreta donde se incluyen todos los modelos diferentes propios del lugar. En él se pueden incluir los hábitos religiosos como los de alguna cofradía de Semana Santa o los propios de alguna advocación religiosa, por ejemplo, las personas que visten el hábito de la Virgen de Candelaria; los uniformes civiles, como los trabajadores de algún establecimiento de hostelería o los maceros de una determinada entidad oficial; los uniformes oficiales y militares, como los de las policías locales o los que vistieron en su día la milicias provinciales de Tenerife; los trajes rituales tanto religiosos como profanos, como los de las Danzas de Güímar y Tegueste o los de Las Libreas de El Palmar de Buenavista; los trajes típicos como los llamados trajes de Santa Cruz y de La Orotava, y los trajes tradicionales como los trajes que llevaron las tapadas o un traje de la comarca de Chasna.

Mujer y hombre de Tenerife (1890-1895). / ARCHIVO FEDAC

Los segundos, los trajes tradicionales, se refieren a aquellos indumentos que históricamente vistieron los diferentes estamentos que conforman una comunidad, ya fueran urbanos o rurales. El estudio de esta categoría se aborda recurriendo a las fuentes documentales escritas, las artes figurativas, las prendas que de cada periodo estudiado se puedan localizar y los testimonios de aquellas personas que convivieron con modas peculiares ya en desuso. Son formas de vestir que cumplen varias funciones: la más elemental es la de servir de protección en un medio natural adverso.

Asimismo, es un signo externo que se reviste de atuendos específicos para aclararnos algunos papeles de comportamiento social como el sexo, la edad, la categoría.

Se puede constatar que cada vez que un grupo de individuos se organiza como un colectivo aparte dentro de una sociedad, adopta una indumentaria peculiar que les sirve de identificativo y de diferenciador con otras formaciones. Esta característica de servir de elemento distintivo es una de las razones generadoras de la gran diversidad de atavíos populares.

Las diferente maneras de engalanarse que históricamente un colectivo especifico ha usado, también están condicionadas por sus propias coordenadas geográficas, las cuales determinan unas formas y unos materiales concretos que los relaciona directamente con el lugar donde ha sido confeccionada, pues el medio geográfico natural crea en el hombre necesidades de protección y defensa. También son condicionantes de las formas de vestirse las materias primas disponibles, los conocimientos técnicos que el colectivo tenga para manipularlas, y el grado de perfección que haya conseguido.

La indumentaria que realmente fue llevada por un determinado grupo social es un fenómeno en continua transformación a la par que la sociedad que lo genera. En este proceso de cambios constantes, las prendas, los usos, las técnicas y todos aquellos materiales que conforman los atuendos nacen, se desarrollan y mueren en un contexto determinado, bajo unas condiciones precisas, dando lugar a nuevas formas o desapareciendo por completo. También se da, que hay prendas que permanecen vigentes durante largos periodos de tiempo sin apenas cambiar, llegando a adquirir la categoría de emblema para una parte del colectivo, o de símbolo de identidad para una gran mayoría. (Morcillo, 1993: 184).

En el próximo capítulo, hablaremos más extensamente de los denominados trajes típicos, aquellas indumentarias que son consideradas por un colectivo más o menos amplio como su modelo más representativo, como uno de sus símbolos de identidad.

Juan de la Cruz Rodríguez es Técnico en textiles del Museo de Historia y Antropología de Tenerife (MHAT-OAMC)