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Con paella, churros y morcillas, un local español quiere conquistar China

Una de las paellas de marisco que el Restaurante El Molino ofrece en Pekín. | DA

EFE | Pekín

Con paella, churros y morcillas caseras un restaurante español nuevo en la capital China se propone conquistar el paladar del gigante asiático y a su bolsillo con una lista de delicias españolas -vinos incluidos- a precio chino.

“La zona en la que trabajo es de universitarios, por lo que tengo que ofrecer precios bajos. Llevo tres meses abierto y la verdad es que viene muchísima gente. A los chinos les gusta la paella, a los extranjeros, los filetes, los estofados, unas patatas a los chinos les encanta”, comenta a Efe Javier Ortiz, dueño del restaurante “El Molino”.

Ortiz, oriundo de Madrid y de 26 años, cuenta que tardó un año en conseguir este local con licencia para funcionar.

“Teniendo contactos es muy fácil funcionar sin tener licencia, pero no es lo mismo que lo ponga un chino a que lo ponga un extranjero. Al extranjero le echan del país si le pillan, así que invertir un dineral para perderlo todo no es adecuado y la mitad de los locales que encontré eran de esos”, explica.

“El Molino” tiene doce empleados en plantilla, cinco en cocina y siete en sala, y la mayoría son estudiantes. El propietario, que dice haberse convertido en una especie de “padre” para ellos, se muestra “bastante orgulloso”, porque al final logró conseguir lo que buscaba y “el recibimiento ha sido bastante bueno”.

“Yo podría decir que el 50 por ciento de mis clientes son chinos”, afirma Ortiz, quien agrega que su restaurante se llama “El Molino” porque quiere que los clientes lo relacionen con Cervantes y el Quijote, algo que por lo general “siempre pasa”.

“Las morcillas las hago con mis ayudantes porque conseguirlas es carísimo y es mucho más rentable, a la vez es algo que solo tienes porque lo haces. Yo tengo clientes que vienen a tomarse un plato de chorizos porque les gusta. Que a alguien le gusta lo que tu haces, es algo que también te llena”, comenta.

El dueño explica que “lo más complicado es conseguir la sangre porque en Pekín no hay granjas” y que dos días de trabajo le son suficiente para un par de semanas de chorizos y morcillas.

La carta de “El Molino” ofrece además los famosos churros españoles, “con chocolate caliente como en España”, explica Javier Ortiz y dice que, aunque en China ya hay varias churrerías, “es un churro gordo, sin sabor original”.

“Al final he conseguido lo que yo quería desde hace ya unos años y en un país que en mi vida me habría imaginado. Con lo fácil que habría sido haberlo puesto en España y entenderte con todo el mundo, aquí es completamente diferente”, comenta Ortiz.

“Es la primera vez que vengo, la principal razón es que quería probar qué tipo de sabor tiene la comida española, así que vine aquí a probar un poco”, comenta a Efe una de las clientas de “El Molino”, un local que se suma a la lista de más de diez restaurantes españoles que compiten en Pekín por un comensal chino.