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El carácter ilustre de César Fernández-Trujillo > Ricardo Melchior Navarro

Mucho se ha hablado y escrito, a lo largo de esta semana, acerca de la sobresaliente figura del periodista César Fernández-Trujillo de Armas, como consecuencia de su repentino fallecimiento a primera hora de la tarde del pasado domingo. Su pérdida ha provocado una honda conmoción en la sociedad tinerfeña, debido al aprecio que se había granjeado en todos nosotros y al talante de hombre generoso y noble que le caracterizaba. Pura hidalguía.

Varias fueron las facetas en las que se distinguió, durante una carrera profesional tan dilatada como provechosa, en la que supo volcar toda la humanidad que llevaba dentro de sí. Un cúmulo de valores que explican el cariño y la estima que sentían por César aquellos que le rodeaban, familiares y amigos, pero que se hicieron extensibles a compañeros y oyentes. Al común de la ciudadanía isleña.

Humano e íntegro, sus primeros pasos por el Seminario Diocesano y la Estación Escuela de Radio Juventud le valieron para afianzar las condiciones innatas que ya atesoraba, tanto en lo personal como en lo profesional. Y se explica así la capacidad que tuvo desde sus inicios para enganchar con una audiencia que no sólo supo apreciar la calidez y calidad de su voz, sino también la credibilidad de su mensaje.

Desde entonces, sus oyentes valoraron continente y contenido, igual que sucedería más adelante, en Radio Popular y Radio Isla.

Con ese don privilegiado que tenía para la comunicación, César fue invitado a presentar todo tipo de actos, a lo largo de la geografía insular. Conocía como pocos la totalidad de los pueblos y barrios de Tenerife, la isla que tanto amaba. Sencillo y cercano, conectaba fácilmente con las gentes de cualquier punto de nuestro territorio, allá donde acudía. Y esa conexión quedó patente en Pueblo a pueblo, la serie televisiva que realizó para Antena 3 Tenerife, una de las joyas del legado que nos deja.

Trabajador incansable, se mantuvo activo hasta el final de sus días. Podemos dar fe de ello gracias a la colaboración que desempeñó con el Cabildo, esencialmente en el campo de las personas, a través del programa Ansina, del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), y de la empresa pública Sinpromi.

Para ellas desarrolló numerosas actividades, dirigidas de manera especial a nuestros mayores y a las personas con discapacidad. Porque César era todo corazón y esta virtud latía de manera especial en cuanto hizo por dichos colectivos.

Por todo ello, el Consejo de Gobierno del Cabildo decidió concederle, el pasado 23 de abril, el título de Hijo Ilustre de Tenerife, distinción que ostenta desde ese día, casualmente dos semanas antes de su repentino fallecimiento, y que nos habría encantado entregarle en vida, rodeado de tanta gente que nos manifestó su deseo de estar con él durante un acto que ahora será mucho más íntimo, con sus hijos Tere y César José, junto a otros familiares, depositarios de la memoria de este ciudadano ejemplar que nos ha dejado, el ilustre señor don César Fernández-Trujillo de Armas, con el que siempre estaremos en deuda, por lo mucho que nos dio en vida.

Ricardo Melchior Navarro es Presidente del Cabildo de Tenerife