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El juego interior > Andrés Brito

David Villa, héroe nacional, no jugará en la Eurocopa porque en diciembre su tibia se quebró. Cuando algo así le sucede a un deportista de élite poco puede hacer el entrenador: es al traumatólogo a quien le toca actuar, y luego al fisioterapeuta. Sólo cuando esa pierna millonaria esté recuperada completamente, Villa volverá al preparador físico para seguir desafiando sus propias marcas. Este ejemplo es ideal para explicarte la distinción entre un psicólogo y un coach. El psicólogo sería el traumatólogo; el coach, el entrenador.

De hecho, coaching significa “entrenar” y la primera vez que se aplicó fue en el ámbito deportivo, cuando el tenista Timothy Gallway escribió un libro que te recomendamos, El juego interior, y descubrió que aquellas tácticas que utilizaba para ganar partidos podían aplicarse perfectamente al mundo empresarial.

A diferencia del terapeuta, el coach no trata pacientes, sino que establece una relación profesional con clientes a quienes asesora para producir resultados extraordinarios en sus vidas, carreras, negocios u organizaciones. Sin el apoyo de un coach seguramente tales metas serían alcanzadas, pero no con tanta rapidez.

El coaching acelera el progreso personal y colectivo proporcionando nuevos enfoques de la realidad y clarificando las alternativas a elegir. Es “un proceso creativo”, como indica la definición de la International Coach Federation (ICF), unas estrategias y una metodología cuya eficacia están plenamente comprobadas.

Las acciones que emprenda el coach, espontáneas o planificadas, siempre estarán centradas en acompañarte hacia la superación de tus dificultades y la consecución de tus metas.

Hoy estrenamos una nueva columna en este periódico, en la que cada semana compartiremos contigo algunas de esas estrategias con la convicción de que te pueden ser útiles tanto por su sencillez como por su eficacia, máxime en esta fase de recesión económica que requiere un plus de creatividad. Jorge Salinas, uno de los más reputados coaches de nuestro país, tiene una frase perfecta para definir un proceso de coaching: “Nuestra felicidad depende de una conversación”. Toma conciencia de que estás ahora mismo en este punto de tu vida a causa de las conversaciones que tuviste en el pasado. Piensa también en las conversaciones que es conveniente que mantengas para llegar a donde te has propuesto.

Y cuenta con un buen coach que te asesore para diseñarlas si todavía no tienes muy clara de qué manera enfocarlas. Villa tiene magníficas piernas, pero sin un buen entrenador no puede ganar el partido.

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