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El Supremo archiva la nueva denuncia contra Carlos Dívar por los viajes a Marbella

EUROPA PRESS | Madrid

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha acordado inadmitir a trámite la denuncia interpuesta el martes por la asociación de juristas Preeminencia del Derecho contra el presidente de este órgano y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, por una supuesta apropiación indebida y estafa relacionada con los gastos de una veintena de viajes que realizó a Marbella (Málaga), han informado a Europa Press fuentes del Supremo.

El alto tribunal ha tardado un solo día en rechazar esta acción presentada contra su presidente y que planteaba la posible existencia de un delito por no estar suficientemente justificados los gastos por casi 13.000 euros que Dívar cargó al órgano de gobierno de los jueces en relación con estos viajes, realizados entre septiembre de 2008 y principios de este año.

La asociación de juristas Preeminencia del Derecho planteaba en su denuncia que la investigación realizada por la Fiscalía General sobre la actividades del presidente -que concluyó en archivo- fue una “farsa” y una “pantomima”. Solicitaba a la Sala de lo Penal del alto tribunal una investigación “seria e imparcial” sobre la conducta de Dívar, con el fin de depurar su responsabilidad. El escrito criticaba además al vocal José Manuel Gómez Benítez, responsable de la denuncia ante la Fiscalía, por no presentar la documentación directamente ante el alto tribunal. “Tanto le daba dirigir la denuncia a la Fiscalía, por lo común hipotecada en manos del Gobierno, que a la Sala Penal del Tribunal Supremo, no sujeta a instrucciones gubernamentales”, señalaba.

A juicio de la asociación, presidida por el abogado murciano José Luis Mazón, el presidente del órgano de gobierno de los jueces podría haber incurrido en delito de estafa o apropiación indebida, o en su defecto malversación de caudales públicos, penadas con cárcel e inhabilitación. “La conducta del máximo representante del Poder Judicial del Estado es propia de los ambientes del Lazarillo de Tormes o la Pícara Justicia, es decir, y en suma, es un acto de picaresca inconciliable con las obligaciones contraídas”.