aniversario del terrible crimen en el sur >

La decapitación casual

Dejan Valentinov Dejanov. / DA

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

Los que han visto las imágenes coinciden en que la elección de su víctima fue casual, y que bien pudo haberle tocado a la pareja que pasó junto a él justo antes. Otros apuntan a que la inocente fue escogida por su parecido con una voluntaria de una ONG inglesa que opera en el Sur de la Isla, pero lo más probable es que Dejan Valentinov Dejanov nunca recupere la cordura suficiente como para dar una explicación plausible de por qué fue la británica Jennifer Mills Westley quien sufrió tan horrendo crimen, hoy hace justo un año.

Mientras Dejan avanzaba por aquel estrecho pasillo del establecimiento comercial de Los Cristianos (municipio de Arona), la pareja siguió sin imaginar siquiera lo cerca que estaban del drama, pero Jennifer miró al búlgaro y advirtió que portaba un gran cuchillo.

La reacción del búlgaro, que se dio cuenta, fue brutal. Arremetió contra la británica con una ferocidad inusitada, al punto que no cesa hasta que le corta la cabeza, dramático trofeo con el que huye hasta que un turista y un miembro de seguridad privada logran reducirlo.

Ya entonces se informó de los delirios de Dejan, que se cree un profeta que oye voces y al que una película sobre un alienígena decapitador terminó por iluminar semejante pérdida de la razón. Posteriormente -y tal y como adelantó DIARIO DE AVISOS-, los informes de los especialistas que tratan a Dejan en el centro penitenciario de Sevilla en el que está recluido desde que cometió el crimen son inequívocos: padece una esquizofrenia paranoide en fase aguda.

Imagen de archivo de la británica Jennifer Mills Westley que fue brutalmente asesinada. | EFE

Aunque el proceso avanza con cierta parsimonia en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Arona, el diagnóstico aludido, remitido por el Servicio Andaluz de Salud y que está firmado tanto por el jefe de Servicio de Psiquiatría Forense como por otro especialista del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, señala que tal dolencia mental le supone a Dejan la anulación de sus facultades, sean intelectivas como volitivas. Lo que es lo mismo, no sabe lo que hace ni sabe lo que quiere hacer.

Así las cosas, parece evidente que Dejan seguirá en el centro referido por muchos años.

Lo que no está tan claro es si finalmente las administraciones de España y Reino Unido que trataron de una u otra manera a Dejan son responsables de algún modo por lo sucedido.