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¿Le gusta la sal?: Engañe al cerebro

Salinas de Fuencaliente. | DA


M. I.
| Santa Cruz de Tenerife

El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona está investigando los mecanismos cerebrales que disparan una respuesta de placer ante el gusto salado de los alimentos para poder encontrar un sustituto a la sal que genere las mismas sensaciones.
Encontrar un sustituto natural de la sal ayudaría a prevenir la hipertensión y las enfermedades relacionadas con esta patología, destaca el Sant Pau.

El neurólogo Jaume Kulisevsky, director del equipo del Sant Pau que lleva a cabo la investigación, ha destacado que el objetivo es encontrar “la manera de engañar al cerebro para que la persona perciba el mismo gusto salado y sabroso que un alimentos con más contenido en sal”.

El estudio se desarrolla mediante una técnica pionera de imágenes neuronales que se aplica por primera vez en estudios de alimentación a través de resonancia magnética.

Se calcula que el 80 por ciento de los españoles duplica el consumo de sal recomendado, lo que aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

Se recomienda no superar los cinco gramos diarios de sal y el exceso de consumo produce infartos de miocardio, problemas cerebrovasculares e hipertensión arterial.

Esta última enfermedad es la primera causa de muerte en el mundo, con una prevalencia del 25 por ciento de la población, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero en su debido consumo limitado y para las personas sin prohibiciones médicas, las sales minerales son indispensables para la nutrición y crecimiento del individuo . Para que el cuerpo pueda asimilar estas sales, deben ser naturales, de lo contrario se eliminan sin producir beneficios.

La sal natural, como la que proviene del mar, aporta también decenas de minerales que en pequeñas cantidades necesita el organismo para su adecuado funcionamiento y la formación de huesos, sangre y tejidos.

La sal es el aditivo más antiguo y más usado en alimentación, y uno de los principales pilares de la cocina en casi cualquier cultura. En la antigüedad, era un elemento escaso y muy valorado. Las caravanas de la sal, que la transportaban desde la costa a las grandes ciudades, abrieron rutas históricas de gran importancia. La sal se empleaba para conservar alimentos y equilibrar la deshidratación causada por altas temperaturas o la actividad física intensa.

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Las salinas en Canarias

En las costas de las Islas han existido numerosas salinas, muchas de ellas ya desaparecidas. Está la Asociación de Productores de Sal Canaria, en la que figuran algo más de 20 salinas, paisajes únicos al borde del mar en los que se produce sal marina de forma artesanal, Además del autoconsumo insular, el desarrollo de las salinas canarias estuvo históricamente vinculado a la pesca de Berbería, en el caso de Gran Canaria a principios del XVII, o al auge de la industria conservera en Lanzarote después de la Guerra Civil.

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