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Lo del Rectorado es el comienzo > José Carlos Alberto Pérez-Andreu

Ani Oramas me comentó el otro día que se temía que los ciudadanos estábamos en la fase de la desesperanza que antecede a la furia. Y yo estoy totalmente de acuerdo. Máxime, cuando los llamados analistas económicos (esos mismos que nos han metido en todo este lío y ahora no saben como sacarnos) nos dan datos de lo más desoladores; tales como que lo peor de la crisis no ha llegado todavía, o que aún no se ha registrado el momento en el que el mayor número de parados se encuentren sin prestación por desempleo. Quienes nos rodean (como nosotros mismos) no entienden de activos tóxicos, no saben qué demonios es la prima única y aún menos esa entelequia llamada los mercados. Lo único que ven es que no llegan, no a fin de mes, sino a mañana. Los destrozos ocurridos en el rectorado de la Universidad de La Laguna, mucho me temo que quizás no es tan solo el resultado de la reacción de un par de golfos (que puede ser), sino la antesala de una reacción social que irá a más y en escenarios de lo más dispares.

En La Linterna, de la cadena COPE, me he empeñado cada tarde en dedicar un tiempo muy especial a las redes sociales, porque son un termómetro fundamental para conocer cual es el ánimo de nuestro entorno en un momento dado. En el instante en el que empezaron a producirse las revueltas más duras en Grecia, me puse en contacto con una de las mejores gestoras de redes que conozco, que es Manuela Battaglini. En antena, me comentaba que las redes sociales no habían impulsado a los ciudadanos a tomar las calles, como sí que ocurrió en la primavera árabe. Los griegos ya estaban lo suficientemente predispuestos para ello. Lo que llamó la atención de Manuela fue, que lo que se comentaba en España a través de las redes sociales es que nos veríamos en las calles, igual que los griegos, dentro de muy poco tiempo. Había un masivo parecer al respecto. Claro, esto fue hace unos meses; y nosotros (España y Canarias) cada vez vamos a peor y sin solución de ver la luz al final del túnel.

Mientras asistimos desolados a como en esta Europa que los capitales han montado manda uno (el Banco Central Europeo) y obedecen veintisiete (los estados miembros), esto más que democracia parece una dictadura de determinados lobbies. La Unión no es que no sea social (que no lo es), es que como cuenta el lúcido economista y escritor José Luis Sampedro: “Es un trasiego de intereses de determinados grupos económicos de algunos países”. Reclamemos, como manifiesta Federico Mayor Zaragoza, una política realmente comunitaria en la que los 27 miembros le digan al BCE que su rol es el inverso. Uniendo estos análisis con el de Ani Oramas y el de Manuela Battaglini; amén del sentir popular y el esclavizado marchamo de España en esta crisis: ¿Cuánto tiempo tardaremos en tomar las calles para reclamar que nos devuelvan nuestras vidas tal y como ocurrió en Grecia? Me inquieta pensar que lo del Rectorado puede ser el comienzo…

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