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Los obispos explican por qué no renuncian a la exención del IBI

EUROPA PRESS | Madrid

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha publicado un listado con 10 preguntas y 10 respuestas sobre la financiación de la Iglesia y el régimen de fiscalidad, y aclara que la Iglesia española “hace gestos reales y diarios” en favor de las personas que lo necesitan ante la posibilidad de que la Iglesia pudiera renunciar voluntariamente a pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en un momento “tan duro” de crisis.

“La Ley le da la razón a la Iglesia, pero en este momento tan duro de crisis, ¿No podría hacer un gesto ante la sociedad y renunciar voluntariamente a la exención del IBI?”, se pregunta la propia Conferencia Episcopal, para responder que “la Iglesia hace gestos reales y diarios en favor de los que más lo necesitan” y que “muchos obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos han hecho signos visibles, reduciéndose el suelo, y otros muchos lo han hecho y no lo han dicho”.

En cualquier caso, los obispos españoles afirman que es “falso” decir que la Iglesia no paga el IBI pues, según explican, así lo hacen con todos los inmuebles que no estén exentos por ley. Además, precisan que la Iglesia Católica no es la única exenta de pagarlo pues también quedan eximidas las fundaciones, asociaciones de utilidad pública, federaciones deportivas, partidos políticos, sindicatos, iglesias evangélicas, comunidades judías y musulmanas, el museo del Prado, la SGAE, el Hotel Ritz y el Palacio de Liria, entre otros.

Así, insisten en que está exención está recogida en la Ley de Mecenazgo de 2002 y en que se trata de “una medida de incentivo fiscal con la que el Estado reconoce las actividades de interés general que realizan muchas instituciones”. “Es lógico que el Estado promueva e incentive, también fiscalmente, a quienes trabajan a favor del bien común”, añaden. Asimismo, la Conferencia Episcopal asegura que la Iglesia paga las tasas municipales –basuras, vados de garajes–.

No obstante, indica que, ante un posible cambio de la legislación fiscal, la Iglesia estará “siempre” a lo que dicte la norma “siempre con el límite de los beneficios previstos en los Acuerdos (con la Santa Sede), que tendrán rango superior” y afirma que, pagando o sin pagar el IBI, la Iglesia “va a seguir cumpliendo su misión con los medios de que disponga”.

“Lógicamente –apunta–, si se dispusiera de menos recursos, las actividades podrían verse mermadas, pero con más o con menos medios, la Iglesia va a seguir haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto”.


Aportación a Cáritas

En este sentido, explican que se ha confundido la aportación de la Iglesia a Cáritas con la donación de la Conferencia Episcopal Española a su labor social pues, según añaden, cuando se habla de ese “escaso” 2 por ciento, se trata de un donativo que viene realizando la CEE desde hace cuatro años que se ha ido incrementando anualmente hasta situarse en el 2,17 por ciento actual, con un donativo de 5 millones de euros en 2011.

Así, indican que, al hacer referencia a la aportación del 2 por ciento se toma como base el presupuesto presentado por Cáritas Española y “no se hace referencia alguna a las Cáritas diocesanas, una verdadera red que llega a todos por medio de las Cáritas parroquiales”. Además, añaden que el 65 por ciento de los fondos de Cáritas proceden de donaciones privadas y que la gran mayoría de esos fondos provienen de instituciones y de personas de la misma Iglesia.

Por otro lado, los obispos apuntan que es “muy difícil” conocer “con exactitud” la cantidad que la Iglesia le ahorra al Estado aunque confirman que en el ámbito educativo, según datos del Ministerio de Educación, la Iglesia ahorra al Estado “4.399 millones de euros”.

Tesoro patrimonial de la Iglesia

En cuanto a si el Patrimonio de la Iglesia es “un tesoro económicamente rentable”, puntualiza que ese “importante” patrimonio del que es depositaria “no se plantea como una riqueza en sí misma, ni supone un tesoro económico o fuente de negocio” sino que “se ha planteado siempre como servicio a los demás”, como “un tesoro cultural para todos, pero en ningún caso un tesoro económicamente rentable”.

La Conferencia Episcopal recuerda que la Iglesia no recibe nada de los Presupuestos Generales del Estado y que los contribuyentes eligen libre y voluntariamente, cada año, poner la X en la Declaración de la Renta lo que supone, según indica, un 25 por ciento del total de la financiación de la Iglesia.

Igualmente, apunta que el artículo 16 de la Constitución Española de 1978 establece que los poderes públicos “mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones” y que el Acuerdo sobre Asuntos Económicos entre la Santa Sede y el Estado Español de 1979, establece que “el Estado se compromete a colaborar con la Iglesia Católica en la consecución de su adecuado sostenimiento económico, con respeto absoluto del principio de libertad religiosa”. “Cooperación y colaboración no es financiación directa, ni subvención”, precisa.