
N. D. | Arona
El Valle San Lorenzo despidió este miércoles en un día de calor y dolor al niño Máximo. El joven de 15 años falleció repentinamente el lunes tras un entrenamiento de fútbol. Era una tarde más, casi al caer la noche, de diversión y deporte, desde que Máximo empezó la temporada como portero en su equipo, el Deportivo San Lorenzo Constancia.
En plenas fiestas en honor a la Virgen de Fátima, los vecinos están consternados por la pérdida inesperada del niño. Un dolor de cabeza fugaz le llevó a lo peor.
Máximo fue enterrado ayer en el cementerio de su pueblo ante miles de personas. La multitud acudió a la iglesia del Valle para decir el último adiós al muchacho. Una iglesia abarrotada, como las calles anexas cubiertas de gente en silencio.
La misa comenzó a las 12.00 horas. En medio sonaban aplausos cada vez que el párroco citaba su nombre. También hubo aplausos cuando los compañeros de equipo sacaron a hombros el féretro de la iglesia, camino al camposanto. Silencio y lágrimas. Eso fue todo.
Sus compañeros mantuvieron en todo momento el tipo, la tristeza contenida, con el uniforme del club: una camisa azul celeste. Dos coches fúnebres portaban coronas de flores de sus familiares, amigos, compañeros y todo el que ha querido despedirse del muchacho. Detrás del féretro estaban los más cercanos, su hermana, los padres, los amigos y muchas personas que se han sentido al lado del dolor de la familia en un día duro. Especialmente duro porque nadie lo esperaba.
Solidaridad
El alcalde de Arona, José Alberto González Reverón, también acudió al sepelio junto a otros miembros de la Corporación municipal, así como exconcejales. “Perder un hijo es lo peor que le puede pasar a una persona. Desde el Ayuntamiento nos solidarizamos con el dolor de la familia y le acompañamos en la medida que podemos”, dijo González Reverón.
El club donde entrenaba Máximo como cadete, que aspira a subir de categoría, ha suspendido sus actividades hasta la próxima semana por esta tragedia fugaz, que tardará en olvidarse, de un compañero conocido por todo el pueblo, un chico normal, sin enfermedades aparentes, que había pasado las revisiones médicas del equipo sin que nada extraño se detectase.
El director deportivo del San Lorenzo Constancia, José Domingo Reverón, ha estado en todo momento al frente de este drama. Intentando consolar a su padres, contando a los medios de comunicación lo que pasó, pese a que la imagen del niño no paraba en su cabeza.
Los médicos del Servicio de Urgencias Canario que llegaron al campo de fútbol del Valle San Lorenzo hicieron todo lo posible por salvar la vida de Máximo.
El cuerpo del joven, tras la autopsia, llegó por la tarde. Los familiares lo velaron toda la noche antes de ser enterrado. Que descanse en paz.