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Peligran las ‘Vacaciones en Paz’

Familias tinerfeñas acogieron el pasado año a 153 menores saharauis de los campamentos de refugiados. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Puesto en marcha a principios de los 90 por las distintas asociaciones de Amistad con el Pueblo Saharaui de toda España, el programa Vacaciones en Paz es todo un símbolo de la solidaridad internacional con los desfavorecidos y desplazados por la irracionalidad de la guerra.

Canarias, por su cercanía geográfica y su historia reciente, fue desde el inicio una de las comunidades autónomas más fieles con la causa saharaui, hasta el punto de que en las últimas dos décadas familias de las Islas han acogido en verano a cerca de 10.000 menores de los campos de refugiados de Tinduf.

Todo eso, sin embargo, podría venirse abajo por culpa de la crisis y los recortes emprendidos por la Administración regional, que comprometen seriamente la continuidad del proyecto solidario. De hecho, según reconoce a este periódico la presidenta de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Tenerife (ACAPS), Conchi Reyes, la próxima semana -el día 12-, tendrán la última reunión con las familias y decidirán si se cancela el programa de 2012.

“La crisis nos está afectando muchísimo, especialmente al programa Vacaciones en Paz. El año pasado llegaron 153 menores a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y al menos queremos mantener ese mismo número, porque la mayoría de los niños repiten del año anterior”, subraya Reyes, quien explica que “fletar un avión para 100 plazas cuesta unos 140.000 euros”.

Desnutrición infantil

Los problemas de liquidez de la asociación, no obstante, no son nuevos, dado que en los dos últimos años se han reducido a la mínima expresión las ayudas institucionales. De hecho, la entidad acarrea una deuda superior a los 45.000 euros de los dos últimos años, lo que hace que el programa de 2012 esté “pendiendo de un hilo”.

Y es que, a la falta de ingresos hay que añadirle el aumento de los precios de los vuelos desde Argelia, que han aumentado en casi un 40% desde 2010. Así, de los 600 euros que costaba el pasaje de cada menor en 2009, se ha pasado a más de 900 en la actualidad, un incremento al que no pueden hacer frente todas las familias canarias acogentes. De momento, ninguna de ellas ha renunciado a la acogida, y según Conchi Reyes, “van a hacer lo imposible por tratar de salvar el programa”. “Sobre todo -añade- porque las noticias que nos llegan desde los campamentos de refugiados de Tinduf son dramáticas”.

Según distintas ONG, la reducción de la ayuda humanitaria ha provocado un aumento de la desnutrición infantil, que alcanza niveles muy altos. “Y si no traemos a esos niños este verano, para que puedan recuperarse y mejorar, significaría abandonarlos a su suerte”, denota la presidenta de ACAPS, que lanza un “SOS” a la población canaria, para que ayude a mantener este programa solidario. “Es una relación tan fuerte y familiar la que tenemos con los saharauis, que no podemos dejarlos ahora”, arguye Conchi Reyes, que insiste en que el problema del Sáhara es un conflicto “muy cercano a los canarios y no queremos que caiga en el olvido”. “Son personas con rostro y voz, a las que nadie escucha”, reitera Reyes, cuya asociación trabaja en el Archipiélago desde que España renunció a la que era su colonia en 1975.

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“Abandonados” por el Gobierno canario

La continuidad del programa Vacaciones en Paz no es el único proyecto que la crisis y los recortes han dejado contra las cuerdas. Según explica al DIARIO Hamdi Mansur, delegado del Frente Polisario en Tenerife, el Gobierno de Canarias ha “olvidado y abandonado” a sus vecinos saharauis.

“Han eliminado todas las ayudas humanitarias que recibíamos, que superaban los 700.000 euros, y el presidente Paulino Rivero ni siquiera ha querido recibir al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz”, subraya Mansur, quien considera que el Ejecutivo canario debería tratar a los saharauis igual que a los marroquíes.

“Echamos de menos algún viaje del presidente Rivero a los campamentos de refugiados de Tinduf”, recalca Hamdi Mansur, quien no obstante ve “lógico y necesario” que el Gobierno autonómico mantenga buenas relaciones con el reino alauí.

“Me gustaría que Canarias y España rompieran su silencio sobre la violación de los derechos humanos de la población saharaui, que se pronunciasen y condenasen estas violaciones y arbitrariedades que se están cometiendo a sólo cien kilómetros de sus fronteras”, asevera el portavoz del Frente Polisario en Tenerife, que pide al Ejecutivo autonómico que “no acepte” las condiciones marroquíes sobre el Sáhara Occidental y no se deje involucrar a través de empresarios, empresas o de cualquier otro interés en el conflicto saharaui.

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