JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Tras más de dos décadas en política, Inés Rojas de León se ha convertido en uno de los referentes del actual Gobierno de Canarias. No en vano, su buen hacer al frente de la Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda en la última legislatura hizo que Paulino Rivero le encomendara el pasado año la gestión de las áreas de Cultura y Deportes. A pesar de la crisis y los recortes, Rojas sigue contando con el respaldo de los agentes sociales, sus compañeros de partido (CC) e incluso de buena parte de la oposición. Su secreto, el trabajo y la convicción de que Canarias saldrá “reforzada” de esta situación. Eso es, al menos, lo que plantea en esta entrevista con el DIARIO.

-A menos de un mes de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, parece claro que una de las áreas donde más se va a recortar son las Políticas Sociales. ¿Qué le parece?

“Sabíamos que iba a haber recortes, pero pensábamos que no se iban a ensañar con los colectivos más vulnerables. Cada vez tenemos menos recursos para cubrir a más gente, a pesar de que en nuestros presupuestos ya habíamos previsto esta posibilidad. Pero el recorte del Gobierno central son casi 800 millones de euros menos, lo que supone que el Gobierno de Canarias tendrá que tomar una serie de medidas para amortiguar ese recorte, para poder seguir prestando los servicios básicos de la mejor forma posible. Aun así, vamos a atender las necesidades más acuciantes, y para cubrir el resto ya estamos buscando alternativas”.

-En la legislatura anterior (2007-2011) fue la responsable de Bienestar Social, Juventud y Vivienda y en ésta le ha tocado asumir Cultura y Deportes. Sólo le falta ya la Presidencia del Gobierno…

“Casi (risas). No sólo es una consejería grande, sino una gran consejería, pero creo que el presidente hizo bien en reducir el organigrama del Ejecutivo. Donde mejor encajaban Cultura y Deportes era aquí, porque el objetivo de este Gobierno era conseguir la cohesión social, lograr el dinamismo de la economía y generar empleo; y si hay herramientas que de verdad contribuyen a la cohesión social son la cultura y el deporte, además de las políticas sociales. A pesar de que trabajo mucho y me levanto cada día a las 6 de la mañana, disfruto con lo que hago. La dinámica de los cuatro años anteriores en el Gobierno me ha dado un cierto rodaje que me permite, con la experiencia que tengo, abarcar estas áreas. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que esto no lo hago sola. Tengo un gran equipo que me permite poder marcar las pautas de gobierno. Yo soy una persona de equipo, no entiendo el trabajo de otra manera. Creo que lo estamos llevando bien, aunque es cierto que es un área compleja y que existen unas dificultades económicas brutales, justo en las políticas en las que más necesidades hay, al margen de Sanidad y Educación”.

-Una de esas necesidades básicas de las que habla es la vivienda. El Gobierno del Estado ha eliminado las ayudas al alquiler y la compra, las hipotecas están imposibles y cada vez es más difícil para los jóvenes acceder a una casa. Todo esto supone un retroceso respecto a lo conseguido los últimos años, ¿no cree?

“Sin duda. Por eso, Canarias va a mantener las ayudas al alquiler para los jóvenes. Actualmente tenemos cerca de 10.000 viviendas libres en estas condiciones, y otorgamos hasta 300 euros al mes. Vamos a seguir ayudándoles, en función de la capacidad presupuestaria de cada año, porque no podemos hacerlo a cuatro años vista, como se establecía antes en el Plan de Vivienda. Pero es una prioridad. También hemos decidido dinamizar el parque libre de viviendas, facilitándole el alquiler a las familias que ganan menos de 10.000 euros al año. Queremos ser intermediarios, a través del Instituto Canario de la Vivienda, entre las familias y las entidades financieras, para evitar desahucios masivos”.

-Sin embargo, a mayor recorte del Estado, más ajuste en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma y más problemas para cabildos y ayuntamientos…

“El Gobierno de Canarias no ha hecho recortes, ni ha descontado un solo euro. De hecho, en la Consejería de Políticas Sociales lo que ha habido ha sido un ajuste de las partidas. Hemos tenido que bajar el presupuesto de algunos departamentos para compensar otros. Y a los cabildos y ayuntamientos no les hemos quitado ni un euro, porque tenemos claro que son la puerta de entrada de muchas personas a los servicios sociales comunitarios. Por eso, en enero firmamos un convenio con la Fecam, por más de 70 millones de euros, que les ha permitido atender, según los propios municipios, a más de 425.000 personas”.

– Pero muchos ayuntamientos y cabildos denuncian que no están llegando todas esas ayudas…

“La emergencia social es competencia municipal. Los ayuntamientos, a partir de 2008, tenían que haber previsto que esta situación se les podía ir de las manos, y debían haber ajustado sus presupuestos, destinando más partidas. El Gobierno de Canarias, en cambio, sacó dinero de vivienda para ayudar a los ayuntamientos; pero el Estado ha ido ingresando menos, por lo que hay menos recursos, y los ayuntamientos han tenido tiempo suficiente para compensar sus presupuestos. Además, también está el Fondo de Financiación Municipal, que es una puerta abierta que nos permite ir tirando. Por tanto, no pueden decir que las ayudas no llegan y echarnos toda la culpa a nosotros”.

-¿Por qué Canarias sigue estando a la cola en materia de dependencia?

“Básicamente, porque nosotros disponemos de unas cantidades, pero la parte que corresponde al Estado no llega. Pero, a diferencia de otras comunidades, en Canarias no se va a cerrar ningún centro de mayores. Hemos cumplido a rajatabla el camino que marcaron los técnicos de la Consejería en 2008. Y estamos en la recta final, porque hasta ahora habíamos ido derogando la normativa regional. Hemos desmontado nuestro sistema y nos hemos adaptado a la ley estatal, pero siempre garantizando la asistencia y las prestaciones. No ha sido fácil de explicar, porque nosotros ya contábamos desde el 2000 con un sistema similar al que establece la ley ahora, pero descentralizado. Hasta 2015 tenemos de plazo para adaptarnos, pero lo lograremos antes. Nos dolía la presión mediática, y que se dijera que estábamos a la cola, cuando realmente fuimos pioneros y teníamos atendidos a todos nuestros dependientes”.

-Los colegios profesionales están preocupados porque, como usted misma ha anunciado, si el Gobierno no aporta su parte al Plan Concertado, peligran cerca de 2.000 puestos de trabajo…

“Cierto. Nos preocupa cómo vamos a cubrir el 43% que el Estado dice que no va a poner. Estamos buscando fórmulas para resolverlo, pero no es fácil. El Gobierno de Canarias ya está facilitando y agilizando la financiación que le corresponde a cada ayuntamiento, y también hemos pedido al Gobierno central que asuma su parte. No vamos a tocar las plantillas de trabajadores sociales, ni los servicios que prestan. Dejaremos de hacer otras cosas, que también son importantes, pero algo se tendrá que ver afectado, porque consideramos que esto es prioritario. Pero duele que seamos nosotros quienes tengamos que buscar soluciones a problemas generados por el Estado”.

-Áreas como las de Juventud, Infancia y Familia están atravesando un momento delicado, y encima cambiaron de manos tras la reestructuración del Gobierno. ¿Cree que fue una decisión acertada?

“Por respeto, y aunque conozco en profundidad el tema, no puedo hablar de las acciones y políticas de Igualdad y Juventud, que ahora llevan en la Consejería de Presidencia. Pero sí tengo claro que son políticas transversales, y me preocupa que pueda haber una involución, porque ahora se están desarrollando por imposición legal. Las leyes han ayudado, por ejemplo, a que las mujeres puedan acceder a algunos puestos, pero la igualdad es una herramienta mucho más poderosa. Me preocupa que no esté impregnada en la sociedad; parece que está adosada, que se ha metido con calzador”.

-En esta misma situación de involución están también las políticas de integración y acogida de inmigrantes, ¿no le parece?

“Siempre he defendido la movilidad del ser humano en el planeta. Pero esa movilidad debe tener garantías y seguridad para las personas, y adaptarse a las normas que hemos establecido entre todos. Y en Canarias, durante mucho tiempo, se invitó a venir a los inmigrantes, cuando era mano de obra que no podíamos asumir. Pero ahora, tampoco es lógico empujarlos a salir, como está haciendo el Gobierno central con algunas de las medidas que ha adoptado. Hablamos de seres humanos, que han hecho mucho por las Islas. No es fácil equilibrar y resolver estos conflictos. De hecho, es básico que haya vehículos de integración, como los que tenían los ayuntamientos y cabildos antes, y si desaparecen esos programas, peligra la cohesión social”.

-Una Consejería como la que usted dirige, que abarca buena parte de los ámbitos sociales que más se están viendo afectados por la crisis, ¿qué mensaje puede ofrecer en estos momentos de tan agitada crisis?

“Para empezar, debemos dejar de emplear ya la palabra recorte. A la clase política nos toca ahora ajustar el sistema para poner en marcha el nuevo modelo de sociedad hacia el que vamos, que debe ser más sostenible y garantista. Las crisis económicas son cíclicas y van a volver. Nuestro Estado del Bienestar era ficticio, porque estaba subvencionado. No hemos sido capaces de crear un modelo que se autosostenga, por eso estamos en la situación en la que estamos. No será fácil cambiarlo, y será necesaria la solidaridad por parte de todos, especialmente de las familias y las administraciones. Pero creo que estamos capacitados para lograrlo. Sólo así podremos estar en la parrilla de salida para lo que venga después”.