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Un espontáneo irrumpe en la comisión Leveson para llamar “criminal de guerra” a Blair

EUROPA PRESS | Londres

Un espontáneo ha conseguido saltarse los controles de seguridad y acceder a la sala en la que se reúne la comisión Leveson para llamar “criminal de guerra” al ex primer ministro Tony Blair, que, en ese momento, daba explicaciones sobre las relaciones que mantuvo su Gobierno con la prensa y los grandes magnates mediáticos.

El individuo en cuestión ha entrado en la sala, se ha situado en el estrado junto al magistrado Brian Leveson, que dirige la investigación, y ha increpado durante unos 20 segundos a Blair, al que ha definido como un “criminal de guerra” que fue sobornado por el banco estadounidense JP Morgan para iniciar la guerra de Irak, por lo que ha exigido a gritos su arresto, antes de que se le llevara un guardia. “Este hombre debería ser arrestado por crímenes de guerra”, ha dicho.

Acto seguido, el juez Leveson ha pedido perdón a Blair y le ha anunciado la apertura “inmediata” de una investigación para determinar cómo consiguió el espontáneo acceder a la comisión y superar el “corredor de seguridad” que precede a la sala.

Blair ha aceptado las disculpas y ha querido responder al espontáneo, a pesar de que no tenía obligación de hacerlo por no formar parte su intervención del objeto de investigación de la comisión. El ex primer ministro ha subrayado que es “completamente falso” lo argumentado por el individuo, toda vez que no aceptó dinero de ningún banco ni entidad para embarcar a su Gobierno en la invasión de Irak junto a Estados Unidos.

El ex primer ministro ha explicado al juez Lord Leveson que prefería responder a las alegaciones del espontáneo porque sabe que incidentes como esa irrupción en la sala terminan “convirtiéndose en la noticia” del día, a pesar de que el “99 por ciento” de la jornada en la comisión estuviera relacionada con el objeto real de la investigación y no con ese individuo.

En su discurso, Blair ha subrayado que, cuando entró en el Gobierno, adoptó la “decisión estratégica” de no enfrentarse con los medios de comunicación, especialmente con los grandes grupos mediáticos, por estimar que una confrontación sólo deriva en que el político no pueda hacer llegar su mensaje a la ciudadanía.

El actual enviado especial del Cuarteto para Oriente Próximo ha relatado que las relaciones de los políticos con los medios de comunicación se han vuelto “enfermizas”, si bien ha admitido la necesidad de que la prensa y los políticos tengan una relación fluida y cercana.

En este sentido, ha indicado que sería extraño que los políticos más relevantes y los principales periodistas no mantuvieran relación y ha llegado a afirmar que el “mejor periodismo británico” es “el mejor periodismo del mundo”.

El consejero de la comisión Robert Jay le ha consultado a Blair sobre el motivo por el que no mantuvo una buena relación con la prensa y el ex primer ministro le ha respondido que esa actitud habría generado una mayor confrontación que le habría perjudicado a la hora de cumplir sus objetivos políticos.

Sobre la influencia de los periódicos, Blair ha reconocido que los diarios ‘The Sun’ y ‘Daily Mail’ son los dos más influyentes en Reino Unido y que el primer rotativo era más importante porque estaba preparado para cambiar de bando político.

Asimismo, ha asegurado que su Gobierno decidió más temas en detrimento de los intereses del grupo mediático del magnate australiano Rupert Murdoch que a favor de ese conglomerado empresarial, matriz del extinto tabloide sensacionalista ‘News of the World’, cuyas escuchas telefónicas provocaron la apertura de la comisión Leveson.

Tras señalar que en News International, la filial de periódicos de Reino Unido del grupo News Corporation, Rebekah Brooks no era la que mandaba sino que esa tarea correspondía a Rupert Murdoch, Blair ha sido interrogado sobre la tres llamadas que le hizo durante la guerra. “Estaría intentando explicarle lo que estaba haciendo. No creo que haya nada particularmente raro o inusual en eso”, ha asegurado.