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Un maestro acusado de abusar de 9 alumnas dice que tenía relación “de confianza”

EFE | Castellón

El maestro acusado de abusar sexualmente de 9 de sus alumnas de 6 a 11 años ha afirmado que su relación con sus alumnos era de “confianza y respeto” y ha reconocido que podría haberles dado besos, abrazos o palmadas en las nalgas “de forma natural”.

En la sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón se ha iniciado hoy el juicio contra este maestro acusado de 9 delitos continuados de abusos sexuales y de corrupción de menores, por el que la Fiscalía y la acusación particular solicitan 35 años de prisión, y la defensa y la Generalitat, como responsable civil subsidiaria, piden la libre absolución.

La Fiscalía y la acusación particular aseguran que el procesado, trabajador del colegio Vicente Artero de Castellón, sometió, a partir de 2009, “a nueve alumnas menores de edad a diversos tocamientos, que, en ocasiones, fotografió”.

El 27 de enero de 2010 el procesado fue detenido después de que un grupo de mujeres le acusara de hacer fotografías en el patio de otro colegio, y le fuera intervenida una cámara que contenía imágenes tomadas en el interior del aula haciendo tocamientos a menores.

Durante el interrogatorio de hoy en la Audiencia de Castellón, el procesado ha sido preguntado por las fotografías que se le intervinieron en el momento que fue detenido y por las que contenían las 13 tarjetas de memoria que él mismo entregó a la policía.

El profesor ha reconocido que hizo esas fotografías, pero ha negado que algunas de ellas contengan imágenes de tocamientos en nalgas, glúteos, pechos o zona genital de niñas. Ha recalcado que hacía las fotografías sin “un propósito concreto”, solo para hacer un “archivo”.

Ante las preguntas sobre el por qué hay fotos de planos cortos de partes del cuerpo de las niñas, algunas de las cuales muestran la mano del profesor haciendo tocamientos, el maestro ha asegurado que es porque las ha seleccionado entre las miles que posee, ya que “no las hago a propósito” y pueden tratarse de fotos “fallidas” que “no valdrían para hacer un trabajo o un mural”.

La defensa del procesado ha revelado que en 2005, cuando trabajaba en otro centro escolar, se le abrió un expediente disciplinario en relación a la conducta que mantenía con las alumnas.

Sobre este tema, el procesado ha explicado: “solo se me pidió que pidiera un traslado por la presión, pero no se me condenó a nada”.

En cuanto a las más de 13 tarjetas que entregó a la Policía Nacional, que contenían miles de imágenes, el procesado ha dicho que lo hizo porque no quería causar problemas a su familia, ante la advertencia de que iban a registrar la casa de su madre.

Los agentes de la Policía Nacional que han declarado como testigos han explicado que en un primer registro en el domicilio del acusado no pudieron encontrar las 13 tarjetas de memoria, ya que se encontraban escondidas dentro de los libretos de varios CD que el acusado tenía en una librería.

Preguntado sobre la posibilidad de que diera “palmadas en el culo”, besos o abrazos a sus alumnos, el procesado ha dicho que “es posible” que se produjeran de “forma natural” en el marco de una relación “de confianza y basada en el respeto” entre él y sus alumnos.

El profesor ha asegurado que si él hubiera querido (la policía) no habría encontrado las tarjetas y se habría deshecho de las pruebas, pero ha asegurado que no considera que los hechos por los que se le acusan “sean de ese nivel”.