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Wert: “Lo urgente hoy es ahorrar; luego, la reforma”

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, durante una rueda de prensa. | EFE

EFE | Madrid

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, asegura que el ahorro en educación y sanidad no es “un capricho” que el Gobierno quiera imponer a las comunidades, sino una cuestión “de supervivencia” de los pilares centrales del estado del bienestar. “Aquí estamos hablando de lo urgente, no de lo importante”, según Wert, quien diferencia entre la apremiante necesidad de ahorrar y la reforma académica para combatir el fracaso y el abandono escolares.

En una entrevista, el ministro precisa que el paquete de medidas aprobado por el Gobierno persigue una mayor eficiencia del gasto autonómico, pero reconoce que esas medidas “no son la reforma educativa” ni van a contribuir a superar los problemas de la educación.

Wert afirma que es “imposible” que las comunidades cumplan el objetivo obligatorio de déficit si no ajustan el gasto en sanidad y educación, que suponen el 70% de sus presupuestos, pero está convencido de que estos ajustes no van a repercutir sobre la cobertura ni la calidad de los servicios.

LOE y tasas universitarias

Los principales problemas de la educación, como el fracaso escolar, se afrontarán en la reforma de la Ley Orgánica de la Educación (LOE), que comenzará a tramitarse tras el verano. El titular de Educación mantiene que una buena parte de las medidas de contención del gasto sería “razonable” adoptarlas incluso al margen del objetivo de consolidación fiscal, y apunta en ese sentido a las relacionadas con la educación universitaria y la Secundaria postobligatoria.

Cree que durante los últimos años se ha extendido una cultura educativa del “gratis total” que va “mucho más allá” de la enseñanza obligatoria y gratuita (de 6 a 16 años), y señala la importancia que tendrá aquí la futura Carta de Derechos Básicos Educativos.

El ministro defiende la importancia de que todas las comunidades compartan una “filosofía común” de cómo financiar etapas educativas que no son ni obligatorias ni gratuitas, como la universidad, y advierte de que las diferencias abultadas de tasas universitarias podrían provocar una “avalancha” de estudiantes hacia las que las tienen más bajas.