La sinfonía, Opus Prima, Territorial, comienza con un allegro -animado- no expeditivo, dado que el enfermo no está para trotes. Esta tierra precisa al despertar un movimiento alegre y calmo a la vez. No cabe deslizarse, derrapar, de nuevo, ebrios de gozo y neoliberalismo legislativo. Este primer movimiento suena a despertar de apacibles sentimientos al gozar la naturaleza, como la sexta de Ludwig, exactamente lo que necesitamos, en una primera reflexión, para reconsiderar la actitud de las gentes -de sus dirigentes- con sus islas, su territorio. Alegre expresión de admiración y respeto. ¡Ohhh!
¿Acupuntura, por qué? El joven Cuende se enfrenta emocionado a una histórica partitura usada y con borrones. No tantas manchas de tinta como para invalidar el futuro de su sueño, pero sí las suficientes como para utilizar otro tipo de tratamientos y mantenimientos. Canarias, y su territorio, padecen una enfermedad crónica, llamada dejadez, que tiene cura con otras medicinas y otra diligencia. Quizá la acupuntura sirva.
El personal de la clínica -orquesta- debe ser sustituido por gente alegre y con capacidad propositiva. Con menos poderduco, y más marcha, menos ceño fruncido y ceja levantada y más conciencia de ciencia. Los siesos y aburridos como Fali Sacristán and co ltd, eran así de mantas, antes de empezar, eso sí, han servido a su señor o curia, o a quien quiera que sea, a dios rogando y con el mazo dando. Clínicamente ¡un auténtico dislate!
¿Acupuntura? Es una técnica ancestral de la medicina china, basada en la inserción y la manipulación de agujas por el cuerpo -en esta sinfonía, hemos de pinchar las islas, el territorio, sus urbes- con el sano objetivo de restaurar su salud y su bienestar. En este caso, la inmunidad de nuestra tierra y de sus seres vivos, incluso de las personas.
Se usa para el tratamiento del dolor de nuestro Archipiélago y de sus ajadas ciudades. La definición y la caracterización de estos puntos y modos de hacer los ha desarrollado y sometido a la técnica científica del doble ciego el profesor y arquitecto brasileño Jaime Lerner en la ciudad de Curitiba, de la que fue alcalde y a la que sanó. Su sinfonía -libro- se titula Acupuntura urbana.
El primer movimiento suena a: desbrozar una maraña legislativa que no tañe y es imposible de afinar, eliminar las ineficaces barreras al uso, devolviendo a ayuntamientos, cabildos y gobierno autónomo su papel en la materia, con el trabajo de sus funcionarios y políticos; desmontar lo superfluo, empresas como Gesplan, costosísimas y gustosas de tocar todas las flautas sin que suene ninguna; y, por último, simplificar todo hasta que la orquesta vuelva a sonar. ¡Fantasía!
Imagine el sonido, la luz, el aire, el alisio, el océano, la costa, el campo, el parque, la plaza, su calle, su casa. Es gratis. ¡Imagine!