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Arrestan al herido de bala como participante en la reyerta de Ofra


TINERFE FUMERO
| Santa Cruz de Tenerife

No han creído su versión y ha sido detenido. El joven veinteañero que apareció en el Hospital Nuestra Señora de La Candelaria con una herida de bala que le atravesó el muslo es el segundo arrestado por el enfrentamiento entre bandas vivido en la tarde del pasado miércoles en la confluencia de las calles Sombrita y Benchesque, en el santacrucero barrio de Ofra.

Con anterioridad y aquella misma noche ya se había detenido a un joven, igualmente veinteañero, en el barrio de Añaza, a donde se desplazaron efectivos de la Unidad de Intervención Policial al conocer que uno de los grupos procedía de la zona. Durante dicho arresto se interceptó un vehículo en el que se hallaron numerosas armas de guerrilla urbana, tal y como adelantó DIARIO DE AVISOS.

Por lo que respecta al joven ingresado en La Candelaria, manifestó en su momento que era vecino del barrio de Juan XIII, cercano a donde tuvo lugar la reyerta, y que había sido alcanzado por la bala cuando pasaba por allí.

Sin embargo, los investigadores consideran probado que integraba uno de los dos grupos que se pelearon a cuenta, al parecer, de los daños sufridos por un vehículo. Concretamente, sería de los procedentes del suroeste de la capital, según fuentes cercanas al caso.


Calibre común en España

Mientras tanto, el cerco para atrapar al pistolero que disparó desde una azotea con una pistola, y que utilizó un calibre de 9 milímetros -el más común en España- sigue cerrándose cada vez más.

Las fuentes aludidas insisten que es cuestión de tiempo que el sospechoso de haber apretado el gatillo tenga que responder ante las autoridades por tal acción, y que el asunto seguirá siendo de máxima prioridad para el Cuerpo Nacional de Policía (y del resto de Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado si así hiciera falta) hasta que se logre tal detención.

Mientras tanto, la presencia policial sigue siendo constante en los dos barrios afectados al objeto de transmitir una sensación de seguridad perdida por los vecinos.