El burro de Belfast >

Cuidado con los ‘ex’, por Karl McLaughlin

Otro sufrimiento monumental el de ayer en el Heliodoro Rodríguez López, aunque afortunadamente con final feliz para los 14.329 fieles que acudieron a la cita. No voy a entrar a valorar si el Tenerife mereció ganar un partido en el que, una vez más, la fragilidad defensiva y los nervios estuvieron a punto de costarle un serio disgusto. A estas alturas (¡pregúntenselo al Chelsea!), lo más importante es el resultado, no jugar como el Barcelona durante 90 minutos. Se consiguió el resultado exigido y ahora queda una última eliminatoria.

¿Quién hubiera apostado, allá por la jornada 21 o 22, cuando el equipo ni ocupaba puesto de play off, que este Tenerife estaría a un paso de retornar a Segunda División A, un año después de descender? Un empate y una victoria, o incluso dos empates (según los goles marcados), bastarán para devolverle la dignidad a un club que ha venido ocupando los titulares en las últimas temporadas por razones exclusivamente negativas.

Ahora sólo queda la SD Ponferradina en el camino. Para algunos, el emparejamiento es el más favorable que podría haber tocado, aunque los antecedentes más recientes me animan más bien a pronosticar una eliminatoria muy reñida e incluso poco atractiva, teniendo en cuenta los dos feos empates (1-1 en ambos casos) registrados en la temporada 2010-11, cuando ambos descendieron a Segunda División B.

Los bercianos tienen las mismas ganas que los isleños de regresar a la división de plata cuanto antes y no darán su brazo a torcer. Sus posibilidades dependerán en gran medida del rendimiento de su pequeña ‘legión canaria’. Dudo que el veterano portero grancanario, Orlando Quintana, esté por la labor de dar muchas facilidades al eterno rival de su isla de procedencia, pero a lo mejor cabría pedir al veloz mediapunta, Acorán Barrera, que se muestre amable con su antiguo equipo, en señal de agradecimiento por haberle dado la oportunidad de jugar en Primera División (¡y de titular contra el Real Madrid!) hace unos años. Es mucho pedir. Acorán tendrá presente también que el mismo club le obligó a hacer las maletas, cediéndolo a equipos de Segunda B como el Burgos, Corralejo y Universidad de Las Palmas, poco después de haber alcanzado la gloria en la élite del fútbol nacional. Esperemos que el chico de Valleseco no guarde rencor a su antiguo equipo y que no aproveche esta magnífica oportunidad para amargarle la vida al Tenerife, ahora que casi ha llegado a la orilla.