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Resulta significativo de cómo nos encontramos el hecho de que en la tarde de un sábado, en pleno campeonato europeo de fútbol, muchos estemos con el rabillo del ojo casi más pendientes de la reunión de los ministros de la Eurozona que de las evoluciones de las selecciones en liza. Hoy, por cierto, haremos una excepción porque juega “la roja”, y por unas horas conseguiremos ahuyentar nuestras preocupaciones.

A falta de conocer con precisión si serán 100.000 los millones de euros que el Eurogrupo ofrecerá a España para resolver el fenomenal desaguisado de su sector financiero, al gobierno de Mariano Rajoy no le gusta ni media el término “rescate” y se empeña en intentar dejar claro que se trata, como mucho, de una ayuda financiera. Del término intervención huyen como de la peste.

Independientemente de los vericuetos por donde nos lleguen los fondos europeos, sea el FROB, o cualquier otro organismo europeo, al ciudadano de a pie le preocupa y mucho su situación laboral , su futuro si busca trabajo, si de una vez por todas este chorro de millones va a transformarse en algo positivo y tangible o si esta factura también la van a pagar los de siempre.

Cuando la selección nacional disputó y ganó el último europeo corría el verano de2008.

España participaba en las reuniones del G-20, Zapatero estaba que se salía y Ángela Merckel nos parecía simpática porque pasaba sus vacaciones en La Gomera. En la final del campeonato ganamos a Alemania -qué ironía- pero desde entonces, la canciller está en todas nuestras pesadillas y vemos al país teutón como destino resignado para muchos de nuestros universitarios, visto el panorama nacional.
Ayer dieron en T5 una película sobre la evolución de la selección nacional desde el europeo de 2008 hasta la victoria en el mundial de Sudáfrica. Allí se podía contemplar un liderazgo inteligente- fueran Luis Aragonés o Vicente del Bosque- un grupo de jóvenes con una disposición humilde( aunque sean todos millonarios) y sobre todo una actitud de equipo a las duras y a las maduras.

Mariano Rajoy apeló hace unos días a los jugadores de la selección nacional porque el país necesitaba un subidón de moral ante la crisis.

Subidón de moral nos daría a muchos si la clase política actuara con inteligencia, humildad y actitud constructiva, como la selección vamos. Si esto no ocurre, cosa probable, acabaremos cantando el Help de Tony Ronald o de los Beatles por las calles y nos dará igual si nos ayudan , rescatan o intervienen.