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La cara y la cruz de los Reyes Católicos por 450.000 euros

Una moneda de 10 Excelentes acuñada en la época de los Reyes Católicos, en Segovia, saldrá a subasta, con un precio inicial de 450.000 euros. | JESUSVICO.COM


EFE
| Madrid

Una moneda de 10 Excelentes acuñada en la época de los Reyes Católicos, en Segovia, saldrá a subasta, con un precio inicial de 450.000 euros, el próximo martes, en Madrid, como parte de un lote la Hispanic Society of America, ha informado hoy la casa Jesús Vico.

“La colección es excepcional y está formada por un importante número de piezas emblemáticas de la historia monetaria”, afirma la casa de subastas en un comunicado de prensa.

El lote incluye desde las primeras monedas acuñadas por los griegos en España hasta el reinado de Alfonso XIII.

Está será la primera vez que salgan a subasta monedas españolas de la colección de Archer Milton Huntington, antiguo propietario de una colección valorada entre 25 y 35 millones de euros.

Hace tres meses, la Hispanic Society of America, ya puso a la venta otra de las partes de la colección, formada por 38.000 piezas, y vendida a través de la casa de subastas Sotheby’s en Nueva York.

Una moneda de 4 Excelentes acuñada en la época de los Reyes Católicos saldrá a subasta por 6500 euros. | JESUSVICO.COM

La moneda

La fabricación de grandes piezas de oro se inicia en Castilla durante el reinado de Fernando IV, con la creación de la Gran Dobla, de 10 doblas, que lleva el retrato del Rey (Imago); y se continua con la pieza de 10 doblas de Alfonso XI y la Gran Dobla de Pedro I, cuya excepcionalidad se puede apreciar en que lleva incluso su fecha de realización (Era MCCCLXXXXVIII, año 1360).

Luego hay que esperar varios años a que las turbulencias políticas permitan realizar otras acuñaciones excepcionales, así llegamos al reinado de Juan II, donde se acuña la nueva Dobla de la Banda y además unos múltiplos excepcionales, cuyos valores son de 50, 20 y diez doblas, de magnífico arte y tipos muy elaborados. Su hijo Enrique IV acuñará múltiplos con la nueva tipología de los Enriques, teniendo noticias de piezas de valor de hasta 200 enriques (además de las de 100, 60, 50, 40, 30, 20, 17, 15 y 10 enriques). De todas estas monedas tenemos constancia documental o física, aunque de muchas de ellas no nos han llegado ejemplares.

Los Reyes Católicos también acuñaron grandes piezas de ceremonia, de su primera ordenación 1475 tenemos noticias ciertas de varios Excelentes con valor de 50 castellanos y peso de un marco, citados como ofrenda entregada a la Iglesia durante el bautizo en Sevilla del Príncipe Juan (1478), una de las cuales fue guardada en la Cámara de la Reina y como tal aparece en las listas de la testamentaría de Isabel la Católica 1504, sobre las monedas que encontraron en su Cámara, donde se detalla su peso y valor “Un exçelente de oro que peso un marco e vale 24.250 mrs.

Estas monedas también aparecen en el Inventario de las piezas que había en la Cámara del Rey Don Fernando en Madrid en 1510 (publicado por Fray Liciniano Sáez), aunque aquí no se detalla con tanta precisión su peso y valor.

De hecho en este último documento se cita también “un excelente de diez excelentes”, del que no se aporta peso ni valor, por tanto puede entenderse que fuera un excelente de los de 1475 con valor de 10 castellanos, que es como habría que interpretar esta referencia siguiendo los datos de la Testamentaría de la Reina Isabel, o bien podría tratarse de un múltiplo del excelente de la granada (1497) con valor de 10 ducados.

Las grandes piezas de Excelentes de la Granada, de la ceca de Segovia que actualmente conocemos, con valores de 50, 20 y 10 excelentes se fabricaron muy a principios del siglo XVI, de las cuales la de 50 excelentes es única, de la de 20 conocemos escasísimas piezas y de la de diez se conocen únicamente dos, pero que son de distinto cuño, y por tanto son piezas únicas cada una de ellas. De estas dos piezas de 10 excelentes, ofrecemos la mejor conservada y la única en colección privada.

Es sin duda una obra de arte que muestra el poder de la economía castellana que llevaba más de doscientos años fabricando piezas de gran tamaño como muestra del prestigio de la Monarquía, convirtiéndose estas monedas especiales en Tesoro de la Corona, se guardaban en la Cámara Real como hemos visto en las testamentarías o formaban parte de las colecciones privadas de los monarcas.

Carlos II el Malo regaló a su hijo y heredero Carlos en 1383 una dobla de Castilla de diez doblas, de las de Pedro I, y luego ya rey, Carlos III el Noble adquirió otra dobla de Castilla de peso de diez doblas, lo que nos da idea de su importancia simbólica y política.