Tres bonos de guagua por salvar a 60 personas

Han estado a la altura premiando con tres bonos a Borja Franco, el héroe que salvó a 60 pasajeros de una guagua cuyo conductor se desmayó. Con lo caros que son. Tanta generosidad en tiempos como los que corren ya no se ve, oiga. Esperemos que los sindicatos y vecinos afectados no censuren el gesto, ciertamente desmesurado, y vengan con que por un lado quitan líneas y proponen despidos mientras por el otro no se repara en gastos. Que son unos manirrotos, doctor. Claro que igual son los alemanes quienes ponen como ejemplo esta recompensa, un tanto excesiva si quieren, para retractarse de su promesa para aplazar un año las exigencias actuales de cumplimiento con el déficit.

Tres bonos, oiga. Si son de doce viajes, resulta estremecedora la proporción entre viajes gratis y vidas salvadas. Por no hablar del vehículo, que resultó intacto.

Eso sí, además lo llevaron a la central y lo sentaron en el simulador, porque la estadística es traicionera y nunca se sabe cuándo Borja tendrá que enfrentarse al reto de controlar una guagua desbocada en plena autopista del Sur.

Tres bonos por sesenta vidas. No es de extrañar que Borja, del subidón, ya esté rumbo a México para celebrarlo a lo grandes con mariachis y tequila. Al que suscribe, que le tocó un bono en una fiesta del Cabildo para periodistas, sabe de lo que habla. Vamos, que se cuentan con los dedos de una mano. Nivelazo.