POR QUÉ NO ME CALLO >

La copa del euro > Carmelo Rivero

Hemos empezado a transitar las horas de verdad de un junio clave en la historia de Europa, tal como profetizó el ministro De Guindos, sin ser Jean Monnet, con el rescate-préstamo-asistencia a la banca española, que desata pasiones enfrentadas. Quienes procuran el desgaste del Gobierno, no dudan en tildarlo de rendición de Rajoy, y los fieles que aplauden su gesta (la de obstar la intervención dura a la griega a favor de este rescate suave) lo elevan a los altares. El presidente futbolero, que no se perdió el debut de España en Polonia, comparecía exultante ayer en La Moncloa como si hubiera ganado su Eurocopa particular, este eurocompás de espera mientras suceden las cosas que están por suceder. España está en apuros por la mala cabeza de las cajas durante la burbuja inmobiliaria de la fiebre sábado noche del ladrillo, y ahora engorda su deuda pública y abunda en su déficit para sanearlas, acudiendo, en efecto, a esta megalínea de crédito, de hasta 100.000 millones de euros (a falta de las auditorías), según acordó el sábado el eurogrupo por videoconferencia, la nueva logística en tiempos de apremio. Desde tan remoto para ellos -Bruselas, te alejas-, Canarias puede contemplar estos acontecimientos de última hora con razonable esperanza (o soberana estulticia) de que sirvan para aliviar su calvario, su 32% (del susodicho), si el crédito llega, por fin, a empresas y familias, el famoso timo de la crisis. Europa está tan absorta en su tragedia (temerosa de desintegrarse, como advierten en las páginas de El País Niall Ferguson y Nouriel Roubini), que reacciona con torpeza ante los agudos problemas financieros de su periferia, cuanto más de su ultraperiferia. Y ahí estamos nosotros, monumento al porcentaje de paro, pidiendo agua por señas. Este juicio a junio, en la catarsis del apocalipsis maya europeo, va tan rápido que ya parece fin de mes. Pero aún cabe presuponer algunos sobresaltos. Si el domingo los griegos (la coalición de izquierda Syriza es la favorita) votan contra los recortes y la austeridad y, en última instancia, el euro pierde un socio, se encienden las alarmas para la eurozona y el dólar. De ahí las videopresiones proEspaña de Obama ante Merkel. Junio va para largo. Esta es una travesía no exenta de abismos, como no hubo otra en más de medio siglo de Europa, y tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad, antes de llegar a la meta, que será la cumbre (28 y 29) donde la UE hable por fin de crecimiento y cesión de soberanías para lograr, por antonomasia, la unión fiscal y política… La cumbre donde Merkel y Hollande midan sus fuerzas tras semanas de forcejeos vaticanos, que han desquiciado a Obama, a cinco meses de las elecciones. “Si hay problemas en Madrid, hay problemas en Milwaukee”, dijo antes de llamar a Europa “la sombra que se proyecta”.