De las diferentes opciones que los delegados de Coalición Canaria tenían en su último Congreso Nacional, eligieron aquella que no perdona el electorado: el faccionalismo interno. En el próximo Congreso Regional del PSOE, la discusión se centra en los intentos de los socialistas que no gobiernan por ocupar los cargos públicos de aquellos que ostentan dedicación exclusiva. En el Congreso del Partido Popular de Tenerife de julio, Manolo Domínguez tendrá la oportunidad de integrar a todos los miembros del PP por primera vez en 20 años, al no haber candidatos alternativos. Y a diferencia de los anteriores, en el pasado Congreso nacionalista se evidenciaron dos modelos de organización del partido, algo que en sí mismo no debería ser inconveniente alguno; es más, tanto el modelo federal, como el presidencialista o el semipresidencialista, existen en el panorama europeo de las organizaciones políticas. Al fin y al cabo, la Constitución de 1978 sólo obliga (artículo 6) a que la estructura interna y funcionamiento de los partidos políticos sea democrático, sin determinar qué modelo concreto aplicar.
El problema para los nacionalistas viene dado porque han conseguido durante 30 años no visualizar grandes diferencias internas (aunque con matices), algo que no ha sucedido durante este Congreso, ni en los días posteriores al mismo. Los partidos políticos sufren, obviamente, un cierto desgaste durante las crisis económicas: no es lo mismo decidir en cada Presupuesto dónde invertir los nuevos ingresos que se obtienen, que decidir qué partidas se vuelven a recortar. También los largos períodos ejerciendo el poder merman las opciones de las organizaciones políticas si éstas no consiguen actualizar sus ofertas programáticas, renovando o no sus liderazgos (algo que es secundario ya que el ciudadano también valora la experiencia). Pero cuando los integrantes de un partido político no se ponen de acuerdo entre ellos, difícilmente podrán conseguir que los electores estén de acuerdo con ese partido. La crisis económica pasa factura a todos los partidos en forma de merma de sus resultados electorales. El ciudadano está descontento con la situación y busca responsables. Sólo aquellos partidos que sepan mantener intactos sus ideales, sin moldearlos a las circunstancias, mantendrán también intacta su credibilidad a medio plazo. Aunque conviene no olvidar la diferencia que sir Winston Churchill hacía entre adversarios y enemigos, y dónde se encontraban unos y otros.
* Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz