Los seguidores de la selección, ante la pantalla gigante instalada en La Laguna,vivieron el partido con tensión. / SERGIO MÉNDEZ
JUAN S. SÁNCHEZ | La Laguna
La Laguna fue roja … y gualda. El fan park instalado en el corazón del ocio lagunero latió con más fuerza que nunca. Y eso que hacía frío y viento. Pero ni por esas desistieron los varios centenares de valientes aficionados de la selección española que acudieron a disfrutar del triunfo del equipo de Del Bosque ante la Francia de los guiñoles.
Lo hicieron apuntalados delante de la pantalla gigante instalada en un lugar que ha pasado a ser emblemático… para los juerguistas y los noctámbulos. Allí, en la plaza del cuadrilátero, escoltada por los bares, los de toda la vida, con las banderas colgando de los balcones y las caras pintadas de pasión española, la pantalla se convirtió en el reclamo principal para poder juntar a un buen número de aficionados con una sola obsesión, doblegar a la arrogante Francia, esa que tantas veces hizo llorar a la parroquia hispana.
Esta vez tocó reír. Desde que sonaron los himnos nacionales, que no recibieron silbidos. Repasando la alineación de Del Bosque vuelve a surgir el debate de moda. ¿Falso nueve? ¿Torres o Fábregas? “Yo pondría a Kiko Ratón” dice un aficionado que tiene claro aquello del no hay dos sin tres y enfila el camino del bar para pedir su tercera cerveza de la tarde como el que camina por el túnel de vestuarios hacia el césped del Donbass Arena.
El partido ya está en juego. España no sufre, Francia no aprieta. Las calles de La Laguna están muertas. Sólo en La Concepción, donde se instalaron dos escenarios para celebrar El Día de la Música, hay gente que no está pendiente del partido. Son los dos grupos que actúan en ese instante y unos pocos de sus familiares… los otros están siguiendo el partido.
Cuando menos se lo espera La Laguna estalla con el gol de Alonso. “Ya que dicen que le sobra a Del Bosque, que nos lo den para el Tenerife”. El gol del tolosarra provoca hasta un intento de ola entre los aficionados que se hace espuma sobre la marcha. Al descanso aparece otro invitado de excepción, su majestad el ron.
La multitud sale despavorida a refugiarse en los bares. Hace frío, el partido es tenso, incómodo y lento. Nada mejor que un buen trago para aliviar las tensiones. A la vuelta, tras el descanso, Pedro sale a calentar y se lleva una cerrada ovación que se hace aún mayor cuando salta al terreno de juego por Silva.
Francia aprieta, España no desespera… y los aficionados tragan, unos saliva, otros alcohol. Si Blanc pone dinamita sobre el campo, Mariano, el de aquí delante apuesta por el tequila justo cuando Pedro se la hace a Ramí. Alguien pide una ambulancia medicalizada para el central del Valencia y su cintura fracturada. Alonso sentencia. La Laguna ruge y pide más. “Nos vemos el miércoles”.
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Que pase el siguiente
Nada más sonar el pitido final del encuentro de ayer los aficionados que se juntaron en La Laguna para seguir el partido se acordaron del siguiente objetivo, la selección portuguesa de Cristiano Ronaldo. “Ese portugués hijo… es” fue el primer recado para el delantero del Real Madrid, uno de los máximos goleadores del campeonato. También hubo recuerdos para su compañero Pepe al que enseguida le buscaron un antídoto. “A ver si se atreve con Ramos”. Para los franceses quedaba alguna broma, de buen gusto, por supuesto. “Cabaye, ¿esa no es una soprano?”. Y para los españoles elogios, cánticos, alguno reclamaba hasta la nacionalidad lagunera para Iniesta y, por supuesto, para Pedro. “Si es de San Matías ¿por qué le dicen el de Abades?”. Poco a poco, la zona se fue despoblando, el frío y el viento casi obligaron al desalojo. Era mejor buscar cobijo y apoyo en la barra de algún bar o cerca de alguna hoguera. San Juan sonrió anoche vestido con La Roja. Que pase el siguiente.
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