Mi querida y admirada Beatriz Palmero me descubrió un día a Lorenzo Jovanotti, genial cantautor italiano que yo escucho sin entender buena parte de lo que dice pero contagiado por su ritmo. Una de ellas, L’ombelico del Mondo, transmite una fuerza descomunal, es perfecta para escuchar una mañana de lunes. Últimamente hay varios que por estos lares se creen también el ombligo del mundo y monopolizan el futuro del baloncesto de la Isla actuando, una y otra vez, con una irresponsabilidad manifiesta. Lo único que ha cambiado para bien de un año a esta parte ha sido la parte política, pues María del Cristo Pérez tiene bastante más determinación que Dámaso Arteaga. Mucha más. De resto, mismos actores, misma torpeza y misma capacidad para que creamos que TODOS son culpables y TODOS demuestran ser incapaces. La respuesta ayer del Tenerife Baloncesto puede ser lícita, pero ya es demasiado. Me cuentan que algún moscón sigue revoloteando en torno al consejo rector blanquiazul y amenaza, como amenazó antes a muchos, con llevarlo a los tribunales si se lleva a cabo la fusión por imposición. Cuidado, que este de juzgados sabe, los conoce bien porque ha pasado más tiempo en ellos que trabajando. Por eso Victoriano Rodríguez está presionado, obligado a ceder ante una parte, el Canarias, que consideró muerto al Tenerife resultando ser que realmente estaba de parranda. A su vez los aurinegros empiezan a desesperarse porque al palo de no entrar en la Liga Endesa podría sumársele el de no competir el año que viene con la SAD. Son buenos rectores, cumplidores y responsables, pero no han sido hábiles.