la columna > Manuel Iglesias

Los jóvenes son el principal objetivo > Manuel Iglesias

El Día Mundial sin Tabaco se celebró este jueves con el foco puesto en denunciar los intentos de la industria tabaquera para captar a consumidores cada vez más jóvenes y a las mujeres. Y también de como hay sectores de la sociedad, fumadores o empresarios, que conscientes o inconscientemente, buscando eliminar o disminuir las leyes actuales, colaboran con la estrategia de algunas de las tabacaleras sin importarles ni la salud, ni las muertes que produce el tabaquismo o que el intento de ganar nuevos consumidores incluya ya a los niños en muchos países.

La Organización Mundial de la Salud acusó a la industria del tabaco de “usar la intimidación” y de lanzar ataques “cada vez más agresivos” para debilitar las políticas públicas contra el cigarrillo. Pero en ese esfuerzo de aumentar el consumo, las tabacaleras no están solas y lamentablemente cuentan con aliados insospechados y un ejemplo es el gobierno autonómico de Madrid, uno de cuyos responsables anunció la intención de pedir excepciones en la ley contra el tabaco, abriendo la puerta a otras permisividades, ignorando incluso que existen sentencias en las que se establece que la legislación anti tabaco resulta un bien jurídico superior de protección de la salud que está por encima de consideraciones económicas.

Preocupa sobre todo la incidencia de la industria tabaquera para captar a jóvenes y niños. Y mal podría el Estado luchar contra el consumo si el combate no se plantea en las mismas bases de la sociedad, es decir, los jóvenes y adolescentes, evitando el tabaco en su entorno y no creando “parcelas justificativas”.

En Tenerife, neumólogos del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria han impartido un taller a padres e hijos sobre estrategias para evitar el consumo de tabaco, puesto que, recuerdan, la prevención durante la infancia y la adolescencia es la mejor herramienta.

Pero estos médicos y partidarios del aire limpio han de pelear también frente a autoridades que deben combatirlas y, al contrario, participan en el trabajo de dinamitar sus esfuerzos. En las Islas, políticos canarios de renombre y personalidades sociales, siguen fumando en lugares públicos y restaurantes incumpliendo las leyes, afectando a quienes están alrededor y poniendo en un compromiso a los responsables de los establecimientos que no saben cómo evitar que estos clientes los pongan a ellos en riesgo de graves sanciones.

Cabe la duda de si los fumadores están convencidos de que sus hijos deberían iniciarse en el hábito de fumar. Seguramente no. Por eso no se acaba de comprender por qué mantienen una posición defensora del tabaco, sin caer en la cuenta de que quizás ellos no los introduzcan en el vicio, pero con su amparo sí que lo harán otros que van a ganar dinero creándoles esa debilidad. Seguramente hay quienes no consiguen dejar el tabaco, pero si que pueden hacer mucho para que no empiecen otros.