En secundaria llega a las manos del pequeño lector un libro al que de repente le falta algo. ¿Dónde están las fotos? Pasamos de tener ilustraciones coloridas que despiertan la imaginación, a un mazacote lleno de letras, palabras… renglones por doquier.
Hojear una revista y parar en la página de imágenes llamativas es un acto común entre los mortales. Entonces, ¿por qué publicamos en los blogs sin acompañar los textos con una fotografía? Esa misma estampa sería la que acompañaría el posteo que los internautas comparten en Facebook.
Evoca, divierte, entretiene, acompaña, define, inspira… documentándolas con las etiquetas adecuadas, además ayuda a mejorar el posicionamiento en los buscadores.
Muchas de las fotografías que circulan por la red tienen derechos de autor, así que su uso puede conllevar problemas. Existen numerosas páginas proveedoras de imágenes gratuitas con limitaciones de uso. Su gran mayoría son previo pago siendo estas de mayor calidad y variedad.
Otra opción más creativa es la de generar contenidos fotográficos propios. De esta forma seremos únicos y dotaremos a nuestras redes de una mayor personalidad.
Con la incorporación de las cámaras digitales a los smartphones, la posibilidad de capturar cada momento de la vida es un hecho.
Siempre se puede recurrir al gran número de aplicaciones para móviles que ponen filtros y efectos a una fotografía simple.
Si se crean repositorios de instantáneas en redes destinadas a ello como Pinterest o Flickr además se aprovecha su gran viralidad, obteniendo mayor presencia digital y una vez más, mejorando el posicionamiento en los buscadores.