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Tormento de parejas

REBECA DÍAZ-BERNARDO | Santa Cruz de Tenerife

A pesar de que el divorcio hoy en día es tan común, muchas parejas se ven pilladas y con la guardia baja cuando la realidad del desamor les llega, porque la rutina y el cariño hacia la otra parte hacen que muchas veces nadie se plantee que eso ya no funciona y que habría que tomar cartas en el asunto. A veces de repente surge una conversación y en una pareja civilizada puede darse el caso del planteamiento de algo como volver a enamorarse, salir juntos de vez en cuando como cuando comenzaron a citarse, tener encuentros románticos planificados, etc., y puede que probablemente lo intenten con todas sus fuerzas porque volviendo al cariño y a la rutina, a nadie le gusta tener que romper un lazo que lleva ya tiempo atado, pero este mito no siempre funciona, el de comenzar de nuevo, porque hay señales inequívocas de que una pareja está acabada o dando sus últimos coletazos y que por mucho que se intente, ahí ya no hay nada que hacer, así que buceando entre diferentes datos y artículos especializados, he encontrado algunas maneras de saber si tu pareja ya no da más de si.

Para empezar, una de las señales más importantes es la que te da tu propio cuerpo cuando el sexo ya hace tiempo que comenzó a ser siempre aburrido y mecánico. Personalmente opino que en una relación sana tiene que haber “fifty- fifty” de amor y de sexo y que si uno de los dos falla a lo bestia, pronto la balanza se desequilibrará, y es que una vida sexual satisfactoria es de vital importancia para la salud y el bienestar y la frustración a largo plazo de esta necesidad humana básica puede señalar el final de la vida amorosa. En segundo lugar me he encontrado con que la habilidad para resolver problemas juntos también decae cuando la pareja está tocada de muerte, es decir, ya solo ven el bosque y son incapaces de ver que éste está formado por árboles que son fáciles de esquivar, porque llegó el momento en que la incapacidad de compromiso y de encontrar soluciones viables en conjunto ya no existen, ahora ya nos son un equipo de dos y en cambio son dos adversarios frente a frente y se acabó el consenso.

Por supuestísimo el signo más absoluto que hay de que una pareja se fue a la porra es la violencia, ya sea física, verbal o psicológica, y no lo he puesto en primer lugar y casi ni siquiera voy a tocar el tema porque me parece que ni hace falta. Violencia cero.Si estás enojada todo el tiempo, si ya nada te motiva, miras a tu lado y ves a alguien sobre quien volcar tu frustración porque la vida es cuesta arriba, ¡ay- ay! O las infidelidades, que son un punto álgido en el tema porque muchas parejas han logrado sobrevivir a un engaño, a uno he dicho, porque nadie es santo ni beato en esta vida y errores los cometemos todos y todas, pero hay una frase lapidaria que circula por el mundo y dice que “la primera vez que me engañes la culpa será tuya”, y ahí es donde conviene plantearse perdonar, buscar ayuda profesional y rehacer la vida en común, pero esa frase termina diciendo que “la segunda y siguientes veces que me engañes, la culpa será mía”, por permitirlo y por confiar en quien no lo merece, y ahí es donde ya te lo tienes que hacer mirar y decidir si continúas con esa historia rota o prefieres empezar una nueva por otro lado.

Egoísmos, egocentrismos, yo, yo y si acaso después a lo mejor tú, porque yo, y yo, y yo conmigo mismo, somos lo más importante del mundo y tus necesidades, las que sean, están muy por debajo de las mías ya que yo, y yo, y yo misma somos lo más importante en mi vida y en mi pensamiento… A ver, es necesario un fisco de autoestima y de darle importancia a uno antes que a los demás, también se dice por ahí que si no te amas a ti mismo, raramente podrás amar a otros, pero he dicho un fisco, no creerte la divina garza todo merecedora, hay pensar de vez en cuando que las necesidades de ambos están a veces por encima de las tuyas.

Si estás empeñada en tener siempre la razón o si sientes que tu pareja se empeña en tener siempre la razón, más pronto que tarde eso hará que tu voz jamás sea escuchada ni respetada y no tardarás ni “esto” en vivir una dictadura emocional, así que ojo con los totalitarismos y los autoritarismos que no están de moda ni gustan demasiado. Y del mismo modo cuando ya no hay conversación, cuando cada vez que tu pareja abre la boca y te apetece mandarte a mudar porque no quieres ni oírle, te molesta el sonido de su voz y te pone de los nervios cualquier cosa que diga aunque sea un “buenos días”… puf, la cosa está fea, fea, fea, te aviso… He encontrado también en penúltimo lugar el problema económico y se refiere al eterno problema de la diferencia de ingresos, sobre todo cuando uno gana bastante más que el otro… y en parejas hetero ni te cuento porque parece ser que sigue sin parecerle bien a los señores, en su gran mayoría, que sus señoras lleven más dinero a casa al mes.

Y por último, y no por ello menos importante pero si para destacar un poquito, el beso, el beso es el punto y ahora sí que como decía la canción de Cher, si de verdad quieres saber si te ama o no, fíate de cómo te besa, porque si tu pareja ya hace tiempo que solo te da un piquito al verte, al desearte buenos días, al despedirte, al darte las buenas noches, y no te mete de vez en cuando y a menudo un verdadero beso de tornillo, con lengua hasta la campanilla y babas si me apuras, un buen beso de morro completo, de esos que te dejan diciendo “guá, yo quiero más”… la cosa está verdaderamente perdida!!!