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Un clavo de 10 centímetros como prueba de que planeó el asesinato de su pareja

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

Es un clavo de unos diez centímetros (“un tornillito”, como se apresuró a calificarlo el abogado defensor), pero puede servir para probar que el acusado de asesinar a su pareja en El Mayorazgo (La Orotava), en hechos acaecidos en julio de 2010, y cuyas responsabilidades se dirimen esta semana en un juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife.

Y es que la defensa del imputado, al que se le acusa de acabar con la vida de su compañera asestándole entre 20 y 30 golpes con una estatua metálica de unos tres kilos de peso, defiende la libre absolución esgrimiendo la profunda depresión que al parecer sufría por aquellos tiempos, propia de una delicada salud mental.

Pero el clavo, como declararon ayer los guardias civiles que, provistos de una maza, derribaron la puerta de acceso a la vivienda para encontrar en el interior de la misma el cadáver de la víctima, se hallaba colocado en el marco de la misma, a modo de impedimento de apertura aunque se contara con las llaves.

Cabe recordar a este respecto que el clavo -que rasgó la madera del marco al forzar la entrada- podría suponer una prueba de premeditación y/o alevosía, se entienda como planificación del crimen o como método para evitar que la víctima se defendiera.

De resto, la segunda sesión de esta vista oral estuvo marcada por las declaraciones de familiares y vecinos, de los que se concluye -como refrendaron los agentes de la Policía Local orotavense- que la pareja no tenía antecedentes por malos tratos ni le eran conocidas riñas entre ellos.

Para hoy está previsto que el juicio quede listo para que arranque la deliberación del jurado popular, tras cuyo veredicto restará que el magistrado-ponente dicte sentencia. Como recordarán los lectores, tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, ejercida en nombre del hijo de la víctima, solicitan una pena privativa de libertad por un intervalo de 25 años de cárcel.