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Un juez cree “inhumano” denegar la pensión por invalidez a vendedora de la ONCE

EFE | Barcelona

Un juez de Barcelona cree “humanamente inaceptable” que la Seguridad Social deniegue la prestación por invalidez permanente a una mujer que vendió cupones de la ONCE durante 25 años, dado que en su opinión supone “penalizar” a quien ha hecho un sobreesfuerzo por integrarse social y laboralmente.

En su sentencia, el Juzgado de lo Social número 25 de Barcelona ha estimado el recurso que presentó la vendedora contra la resolución de la Seguridad Social, que en noviembre de 2010 le denegó la prestación por incapacidad permanente por considerar que no cumplía los requisitos para la invalidez total.

La mujer, que había trabajado durante 25 años como vendedora de cupones de la ONCE, arrastra secuelas de una poliomelitis, además de tendinopatía, parapesia y escoliosis, por lo que necesita de la ayuda de terceras personas para su higiene personal, además de para desplazarse en silla de ruedas, según la sentencia.

El Juzgado de lo Social ha declarado la incapacidad permanente de la vendedora, representada por el bufete de abogados Colectivo de Ronda, al considerar que su estado actual es “severamente invalidante”, ya que los informes médicos aportados a la causa evidencian “el agravio de las lesiones que sufría y la aparición de nuevas”.

Para el juez, “no se puede imponer una carga especial a las personas que hacen un esfuerzo de integración en la vida laboral, como en el caso de la demandante, durante 25 años pese a las limitaciones físicas, y contribuyen con sus cotizaciones al sostén del sistema de la Seguridad Social”.

“(…) Tampoco es humanamente aceptable penalizar a quien hace el sobreesfuerzo, se integra social y laboralmente superando las barreras y dificultades de todo tipo, para que cuando llegue el momento en que precise dejar de trabajar no se le garantice el acceso a la acción protectora de la Seguridad Social”, añade la sentencia.

El juez concede la prestación a la vendedora de la ONCE teniendo en cuenta el empeoramiento de la discapacidad derivada de la poliomelitis y la escoliosis, que ha comportado que dejara de tener autonomía suficiente para mover la silla de ruedas por sí sola, acostarse en la cama o acudir al baño.